China impondrá aranceles a productos norteamericanos por 3000 millones de dólares, en respuesta a las tasas aduaneras anunciadas previamente por Estados Unidos, en el marco del conflicto comercial desatado por las restricciones al libre comercio que impulsa la administración de Donald Trump .
bolsas mundiales reaccionan con pérdidas por el conflicto, con retrocesos en los mercados europeos luego de que las bolsas asiáticas cerraran en rojo.
El Ministerio de Comercio chino anunció aranceles del 25% a la carne de cerdo y del 15% a los tubos de acero, frutas y vino procedentes de Estados Unidos. En total, se elaboró una lista de 128 productos estadounidenses que se verán afectados por las medidas, aunque no se estableció una fecha para su entrada en vigor.
«Si alguien nos envía un regalo, debemos enviarle uno de vuelta», dijo una vocera de la cancillería china.
Por su parte, el representante norteamericano de Comercio (USTR) indicó en un comunicado haber presentado una «demanda de consulta» contra China ante la Organización Mundial de Comercio (OMC) respecto a «ciertas medidas chinas relativas a la protección de los derechos de propiedad intelectual» al negar derechos básicos a los poseedores de patentes.
Además, Washington no eximió a China la víspera de los aranceles por el aluminio y el acero, como sí hizo con la Unión Europea (UE), Australia, Argentina, Brasil, Canadá, México y Corea del Sur. China alegó que esos aranceles han dañado gravemente el sistema de comercio multilateral y anunció acciones legales ante la Organización Mundial del Comercio (OMC).
El Ministerio de Comercio chino llamó a Estados Unidos a solucionar el conflicto mediante el diálogo para «evitar daños a las relaciones bilaterales». Sin embargo, China «no se doblegará fácilmente» y «defenderá sus legítimos intereses», añadió.
Los analistas consideraron el relativo reducido alcance de las medidas previstas por Pekín -muy por debajo de las anunciadas por Trump- como signo de que China no quiere entrar directamente en un conflicto comercial, pero alertaron de una escalada en gestación entre las dos mayores económicas del mundo.
El experto chino en economía Hu Xingdou cree que China no quiere dañar la atmósfera de diálogo con Estados Unidos, por lo que su «contraataque ha sido moderado y razonable», pero alertó que si las negociaciones fracasan, es probable que se anuncien medidas más amplias. «Si Estados Unidos impone nuevas sanciones contra China, China anunciará medias más amplias de represalia».
Entre otros, podrían afectar a productos agrarios estadounidenses, como la soja, lo que afectaría al sector agrícola, donde hay muchos votantes de Trump. China podría optar entonces por importar ese producto de la UE o Brasil. También podrían apuntar al grupo aeronáutico Boeing, lo que podría traducirse en más encargos a su competidor europeo Airbus.
Las exportaciones de China a Estados Unidos constituyeron el 18,4% del total en 2016, mientras a la inversa la cuota de las estadounidense a China fue del 8%, por lo que el experto considera que en términos relativos un conflicto comercial afectaría más al país asiático.
Las medidas anunciadas ayer por Washington se impondrán en 60 días y se presentará una lista completa de los productos afectados, explicó el representante de Comercio Internacional de Estados Unidos, Robert Lighthizer. Según informaciones de los medios estadounidenses, Washington apunta sobre todo a los sectores de las telecomunicaciones y tecnológico de China.
Trump aseguró que las medidas se traducirán en una reducción inmediata del déficit comercial con China en 100.000 millones de dólares, al tiempo que dijo que se está negociando conáPekín. Se han terminado los tiempo en los que China se beneficia a coste de Estados Unidos, añadió. Antes, Trump había anunciado ya tasas a las importaciones del acero y aluminio de las que China no se vio excluida.
El subdirector del Consejo Económico Nacional de Estados Unidos explicó que los aranceles pretenden «compensar los beneficios que los chinos han recibido mediante sus prácticas comerciales desleales».
Con la imposición de los aranceles Estados Unidos está «defendiéndose estratégicamente» de la «agresión económica de China», dijo también el principal asesor comercial de Trump, Peter Navarro.
Trump ordenó el año pasado una investigación, que se prolongó durante siete meses, sobre prácticas chinas como obligar a empresas estadounidenses a aceptar participaciones minoritarias de otras compañías para poder operar en China. Según Navarro, esas condiciones impuestas por China obligan a las compañías estadounidenses a transferir tecnologías que al final ayudarían a los competidores chinos.
Ayer, el embajador chino en Washington, Cui Tiankai, había reaccionado con dureza al anuncio de Trump. «Si Estados Unidos inicia una guerra comercial, China luchará hasta el final», dijo, al alertar que Washington está poniendo en peligro el orden comercial internacional y la estabilidad de la economía mundial.
En reacción al aislacionismo económico de Estados Unidos con Trump, China se presenta así misma como defensora del libre comercio e insiste en que quiere evitar una guerra comercial. Hace semanas, el presidente chino, Xi Jinping, envió a Washington a su principal asesor económico, Liu He, para negociar, pero que no recibió mucha atención en la Casa Blanca.
Sin embargo, China tiene en estos momentos aranceles de media más elevados que Europa y Estados Unidos -10% frente a un 5% y un 3,4%, respectivamente- donde las barreas comerciales son las más bajas comparativamente. Empresas extranjeras también se quejan con frecuencia sobre competencia desleal en la república china.
Agencias DPA y AP
Fuente: La Nación