Dijo que lo quisieron quebrar, que nunca perdió sus convicciones y que está orgulloso de su amigo. Roberto Baratta, la mano derecha de Julio De Vido en el Ministerio de Planificación Federal, rompió el silencio luego de estar 141 días en la cárcel de Marcos Paz y pasar sus primeros 25 días en libertad.
«No dejé mis convicciones al entrar a Marcos Paz», expresó el sábado el ex subsecretario de Coordinación y Control de Gestión de ese ministerio en una entrevista en Radio Diez.
Baratta consideró que el juez federal Claudio Bonadio ordenó detenerlo de manera preventiva el 20 de octubre de 2017 para presionarlo: «Te daban a entender: ‘¿cuándo te arrepentís y hablás?’. Yo no tenía nada de qué hablar».
«Solo tengo para hablar de los logros del ministerio, de los 12 años en los que fui funcionario, dos satélites, centrales nucleares, 2 mil escuelas. Estoy orgulloso con lo que hice, con mi ideología y con mis convicciones», insistió la mano derecha de De Vido.
La Sala I de la Cámara Federal de Casación Penal dictó en marzo la falta de mérito para De Vido y Baratta y la consiguiente excarcelación en la causa de los barcos de gas licuado. El exministro continúa detenido porque tiene un procesamiento con prisión preventiva por corrupción en Río Turbio.
En esa causa, el juez federal Luis Rodríguez también procesó en febrero a Baratta aunque sin prisión preventiva. El exfuncionario no se olvidó de los diputados kirchneristas que no defendieron al exministro: «Los compañeros se equivocaron y es difícil de explicar por qué no bajaron a defenderlocuando se pidió el desafuero».
