Cambios forzados
Después de una investigación de tres meses por parte de las autoridades irlandesas, la red social se comprometió el pasado miércoles a mejorar la privacidad de los alrededor de 500 millones de usuarios que dependen de las oficinas de la empresa en Dublín.
Las mejoras que Facebook aplicará incluyen una mayor transparencia en la gestión de las informaciones personales, como impedir utilizar una imagen del usuario para fines comerciales sin su consentimiento y eliminar la información que la red social obtiene a través del botón «me gusta», entre otros aspectos. También se limita el tiempo que puede conservar informaciones sobre la navegación del usuario, como, por ejemplo, las búsquedas que ha hecho y cuando utiliza otros «plug-ins».
Dentro de seis meses otro informe de las autoridades irlandesas evaluará los progresos y se hará también público para mejorar la confianza de los usuarios, algo que aceptó Facebook.
Estas medidas, Schrems las califica de «un primer paso en un largo camino«, aunque no ocultó su alegría porque se trata de cambios más importantes de los que se habían hecho en el pasado.
¿Pero cómo es posible que esas mejoras en la protección de datos sólo se hayan producido por el empeño personal de un ciudadano corriente? «Las leyes europeas son muy buenas, pero se falla en su aplicación. También es una cuestión de medios. La oficina irlandesa de protección de datos tiene 20 miembros y Facebook es un gigante que gestiona información de millones de personas», responde.
Schrems reconoce que Facebook «no ha abusado del enorme poder que le da tener semejante información sobre millones de personas. Pero lo problemático es que exista algo con tanto poder sobre la gente«. Conservar y analizar semejante montaña de datos pueden tener «un gran potencial para crear problemas», sostiene el joven austríaco, en caso de que se produjese, por ejemplo, una filtración por un ataque informático.
Aunque pueda sorprender, este estudiante no ha renunciado a su cuenta de Facebook, por un lado porque tiene a muchos amigos con los que perdería contacto, y por otro porque «es la empresa y no los usuarios la que tiene que cambiar», asegura.