Los motores del crecimiento económico se enfriarán en el segundo trimestre frente a la marcha de los tres meses previos, y la mayor parte del segundo semestre mantendrán una velocidad aplanada, que esperan que se revierta a fin de 2018.
Para los analistas, hay un cóctel de factores para que la economía haya sacado el pie del acelerador: la sequía; el salario golpeado por la escalada inflacionaria por tarifas y con un techo de 15% en el grueso de las paritarias contra una inflación estimada de 22% anual, por lo que el consumo masivo “sigue moderado”; y un menor dinamismo de la construcción –el principal tractor de 2017 con un aumento de 12% en plena campaña electoral se atenuaría a un 7%– por el freno en el gasto de la obra pública.
Según economistas consultados por PERFIL, la radiografía reflejará un pico de crecimiento en el primer trimestre de 4% interanual, una meseta entre 0% y 1% en abril-junio, una curva ascendente hasta 2% en el tercer trimestre, y una reaceleración en el último tramo de 2018 entre 2 y 3%, promediando en el año 2 y 2,5%. Para 2019 ven una economía más vigorosa de 3,5% con todos los propulsores “activados” por ser “un año electoral”.
Diagnóstico. El ex viceministro de Economía Emmanuel Alvarez Agis atribuyó “los números positivos interanuales del primer trimestre a que se comparó con lo peor de 2017”, pero en el segundo trimestre jugará en contra “la menor cosecha por la sequía”, y también “el panorama de la construcción es más negativo que el año pasado” donde la inversión en ese sector “venía muy apalancada por la obra pública” pero “bajó después de las elecciones y este año el gasto “cae en términos nominales, lo que muestra un fuerte ajuste”.
Además, contrastó que “2017 estuvo muy explicado por salarios arriba de la inflación, pero en 2018, con el tope de 15%, pueden perder uno o dos puntos” o “dar empate”. Lorenzo Sigaut Gravina, de Ecolatina, auguró que “la inflación va a empardar o ganarle levemente a la suba salarial, y eso ya afectó el consumo del primer trimestre, y se profundizará en el segundo”, y alertó que en ese lapso el freno económico “se va a sentir fuerte” por la sequía, que “tendrá un impacto en el año entre 0,5 y 1 punto del PBI”.
Fausto Spotorno consideró “difícil que este año el salario le gane a la inflación, a lo sumo empatado”, y culpó de la desaceleración del segundo trimestre “a la actividad económica que no está generando el agro debido a la sequía”.
Sigaut prevé que la actividad industrial desde ahora “tenderá a morigerarse” respecto al repunte de 4% interanual del primer trimestre, debido a una base de comparación más alta porque en el segundo semestre de 2017 ya había arrancado la reactivación de algunos sectores. El mismo análisis trazó el economista de la UIA Pablo Dragún, quien proyectó “un segundo y tercer trimestre con crecimiento más moderado, y en el año en 2 o 2,5%”, impulsado por la recuperación de Brasil que tracciona exportaciones del sector automotor aunque “habrá que ver el efecto final de la sequía” y “cómo impacta un crecimiento no tan alto de la obra pública”.
