Acorralado por la crisis cambiaria o por las reiteradas quejas de los socios de Cambiemos, el presidente Mauricio Macri decidió en las últimas horas ampliar la mesa chica de toma de decisiones del Gobierno en una estrategia que no termina allí: habrá nuevos nombres que se sumen y se tratará de ensayar cierta apertura política, evitar el desgaste de algunos funcionarios y mostrar unidad hacia afuera.
La decisión de sumar a la mesa chica del Gobierno a uno de los fundadores de Cambiemos como Ernesto Sanz, al presidente de la Cámara baja, Emilio Monzó, y al ministro del Interior, Rogelio Frigerio, aparece hoy como la muestra más visible de este giro en la estrategia presidencial.
Sin embargo, la intencionalidad de Macri no termina allí y esconde otros objetivos de corto plazo para su gobierno a la hora de transitar crisis como las que se registran hoy.
Hasta ahora la mesa chica de toma de decisiones de la Casa Rosada estaba conformada por Macri, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, sus segundos Mario Quintana y Gustavo Lopetegui, la gobernadora María Eugenia Vidal y el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Pero este esquema se ampliará.
Según confiaron a Infobae fuentes calificadas de la Casa Rosada y de Cambiemos, existen al menos 5 razones bien claras que sustentan la decisión de Macri de ampliar y modificar el funcionamiento de la mesa chica de trabajo: