Javier Zanetti ya hizo la transición. No piensa más como futbolista, piensa como dirigente. No se lo ve incómodo con el saco azul, la camisa blanca y el pantalón gris. Seguramente recibió todo el atuendo recién planchado, justo ya cuando con el correr de los días todos los que trabajan en algo vinculado al Mundial andan ya con su ropa arrugada y sin que la combinación de colores importe demasiado. Así de impecable entra Zanetti a la Casa del Fútbol que laConmebol montó frente a la Catedral de Cristo Salvador en la capital rusa. Uno de los futbolistas argentinos con mayor presencia en el seleccionado, presente en los Mundiales de 1998 y 2002
Zanetti tomó una decisión: seguir conectado con el fútbol, pero no cerca del campo de juego. Es vicepresidente del Inter de Milán y miembro de la Comisión de de Competiciones de la FIFA . No tiene problemas en reflexionar sobre el juego, opinar sobre la selección argentina y otros equipos del Mundial, siempre medido, sin apretar demasiado las clavijas cuando pone su foco sobre un tema, pero sus precisiones llegan cuando habla de lo que ve de su lado del mostrador.
Ese era el camino normal. Todos dicen que después de tantos años en el fútbol, se puede extrañar no estar más cerca del campo de juego. Y ser técnico permite todavía estar ahí. Pero yo quise otras cosas para mi. Me tomó un tiempo prepararme. Tuve que volver a la universidad, saber que tengo que aprender todo el tiempo para poder estar entre altos dirigentes de la FIFA como me toca ahora.
-¿Qué es lo que se ve desde ese lado y qué antes no se veía?
-Entendí que para que a once jugadores les vaya bien dentro de la cancha, tiene que haber otro equipo que juega afuera. Después de haber estado 23 años adentro de la cancha en lo único que pensaba era en el juego y como capitán en el rol que esperaban de mí mis compañeros. Ahora tengo otro puesto de una responsabilidad muy alta. Es una actividad que abre puertas y que también me permite transmitir todas las cosas que aprendí.
-¿Cuáles son esas cosas qué se pueden transmitir?
-Una pasión mía fue jugar al fútbol, la otra la responsabilidad social. Lo hice desde siempre con mi fundación. Ya en el Inter pude armar una para el club y ahora con la FIFA estamos conversando para hacer esa experiencia con ellos.
-¿ Pueden la Argentina, Uruguay y Paraguay organizar el Mundial de 2030?
-Es un desafío grande. Poder se puede. Hay que trabajar mucho y ser muy profesionales.
-¿Qué implica para la región sudamericana «ser profesionales»?
-Estar en todos los detalles y no cometer errores. Organizar un Mundial es algo muy grande, muy complejo. Pero lo que se ven son los detalles y en eso no se puede fallar. Y hablamos de conseguir la candidatura. Luego, organizarlo, es una misión enorme.
-Cuando llegaste a Inter en los años noventa la liga italiana era la mejor del mundo y ahora quedó relegada comparada con otras europeas, ¿qué debe hacer para recuperar ese espacio perdido?
-Es cierto. En aquel momento todos querían jugar en Italia y no en otro lugar. Creo que son etapas. Ahora es el momento de la Liga y de la Premier (League), pero el fútbol italiano está tratando de volver a crecer como antes. No haber podido clasificarse para este Mundial los obligó a reflexionar y hacer cambios. Seguramente se harán las cosas mejor cómo para que la selección italiana regrese con fuerza y la liga también.
Fuente: La Nación