Hace cinco años la periodista Laura Landaeta publicó, en su libro Don Francisco: biografía no autorizada de un gigante, revelaciones sobre «la impunidad con la que Mario Kreutzberger [nombre del famoso presentador chileno]trabajaba en televisión usando a las mujeres como objeto, cambiando favores sexuales en camarines por televisores, lavadoras y electrodomésticos».
Pocos días después de que Kreutzberger aludiera al tema de manera controversial, Landaeta recordó su publicación en una columna en El Mostrador: «Las propias mujeres de su equipo de trabajo hablaban de que el animador era ‘peligroso'», escribió. «‘Había que caminar con el poto en la pared’, recuerdan hasta hoy medio en broma, medio en serio».
En declaraciones a La Tercera, donde promocionó el inminente comienzo de la segunda temporada de Qué dice el público, programa que conduce junto a Martín Cárcamo, el conductor con más de 50 años de carrera dijo: «Creo que durante mucho tiempo se ha hecho uso y abuso de la mujer, y me parece muy bien que la mujer tenga el estatus que tiene que tener, al igual que el hombre. Ahora, en estos procesos, las cosas se dan de un lado para el otro. Porque sacarle un parte a alguien por decir ‘M’hijita, siga comiendo ensalada’, me parece a mí que nos fuimos para el otro lado».
Que «uno de los personajes más mediáticos que ha tenido la cultura pop» de Chile, como describió Landaeta, se exprese en esos términos, se explica porque el famoso, «escondido en la entretención y la solidaridad, ha generado a su alrededor un halo de impunidad frente al abuso de poder y el acoso», expresó la periodista.
De todas las investigaciones de su libro, agregó, el trato que la estrella daba a las mujeres le resultó la más llamativa. «Hubo casos de acoso desmedido y abuso de poder, según testimonios que recogí», escribió Landaeta, quien denunció también haber recibido «amenazas solapadas y anónimas» tras la publicación del libro en 2013.
«En la década de los 80, Mario Kreutzberger usó a su mediático alter ego, Don Francisco, para cambiar sexo por favores y regalos. Y no sólo lo hizo en Chile sino también en Estados Unidos, donde fue denunciado en agosto de 1994 ante la justicia por la modelo mexicana Ana Isabel Gómez, con la cual llegó a un acuerdo de silencio a cambio de miles de billetes verdes».
El caso es conocido: Gómez, despedida del programa en 1993, se presentó a los tribunales y dijo que el conductor había intentado violarla en las inmediaciones de un hotel en Miami, en 1989. «A mí no me importa que él me haya encontrado. Yo no soy de él y yo decido con quién tengo un romance y con quién no«, dijo en ese momento. «Él trató de violarme, yo no acepté y me agarró. Es verdad. Yo no estoy mintiendo», insistió.
Kreutzberger rechazó la denuncia: «Las acusaciones son completamente falsas. Nunca he acosado sexualmente a Ana Gómez. Ella, obviamente, está resentida porque la despedimos». La mujer explicó que había callado antes porque el poder del conductor, que había dado inicio a su carrera, podía destruirla. «Pero se dañó de todas maneras», dijo. «Ya he perdido el miedo». A pesar de haber negado los cargos, la estrella de Sábado Gigante hizo un acuerdo económico.
La autora de la biografía no autorizada citó otros casos en su columna en El Mostrador: «Personalidades que participaron en su programa en Miami, entre ellas la cantante argentina Nancy Guerrero, acusaron al animador de tener conductas indecorosas. Guerrero comentaba en el libro que ella no le permitió manoseos y besos y debido a eso fue vetada y perseguida por el animador, tanto así que demoró años en retomar con éxito su carrera».
El caso de Rosa Muncada, «quien al momento de conocer al animador era menor de edad», señaló Landaeta, llegó a los tribunales también: la joven dijo que el presentador era el padre de su hijo. Los estudios de ADN señalaron que no era el caso. «Pero al analizar el expediente completo —hoy desaparecido misteriosamente de Tribunales, pero del cual conservo la única copia existente— llama la atención la falta de rigurosidad en la toma de muestras que hace dudar de su veracidad, ya que fueron llevadas por el propio animador y jamás fueron sacadas en tiempo real», agregó la periodista.
En su nota Landaeta también acusó a Don Francisco de elegir mujeres del público de Sábados Gigantes: «Ves esa mujer de la cuarta fila, la de rojo… Llévala a mi oficina en el descanso», citó la autora a uno de los miembros del equipo del programa. «La llevé y recuerdo que estaba fumando un cigarro en el pasillo cuando veo aparecer al fondo a la directora del Canal 13, Rubi Anne Gumpert. Venía directo hacia nosotros. Mario estaba en su oficina, me doy cuenta que la mujer le estaba practicando sexo oral. Golpeé la puerta para que dejaran de hacerlo y le dije ‘Mario, te busca Rubi'».
Otra periodista del equipo de Kreutzberger, agregó Landaeta, le habló de encuentros similares en la casa rodante que se utilizaba como camarín de la estrella durante los trabajos en exteriores: «Eran larguísimos, atrasaban por completo las grabaciones y muchas veces incluyeron intimidad, de la cual se jactaba después con el mismo equipo«.
Por último, la autora de la biografía no autorizada de Don Francisco citó el contacto de una mujer que había llevado a su hija de 16 años al programa. Cuando un periodista invitó a la adolescente a conocer a Don Francisco, la madre la acompañó. Luego de los saludos, mientras se retiraban, escuchó decir a la estrella: «Te dije que viniera sola, huevón», escribió.
Fuente: Infobae