En la campaña de 2017, Mauricio Macri usó el helicóptero de uno de los empresarios arrepentidos

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«La Cámara acaba de ordenar la detención de Julio De Vido. ¡Qué caviar! ¡Qué champagne! Pienso en el 2004. Yo dije ‘De Vido es el cajero’, y decía que yo afectaba su prestigio. Dijo ‘detengan a Carrió’. Finalmente no fui detenida, que es una experiencia que me falta», se divertía Elisa Carrió sobre el escenario circular del microestadio del club Ferrocarril Oeste.

Era el mediodía del martes 17 de octubre del año pasado. Enfundada en un vestido azul eléctrico, la diputada aprovechó su momento en el cierre de campaña del macrismo porteño para cargar otra vez contra el ex funcionario que por estos días es el centro de una red de coimas ventilada por los cuadernos del chofer Oscar Centeno.

Minutos antes, la Sala II de la Cámara Federal porteña había ordenado la detención del ex ministro de Planificación en la causa por presunta defraudación al Estado mina de Río Turbio.

Mientras Carrió hablaba, Mauricio Macri -que luego cerraría el acto rodeado de la cúpula de Cambiemos- bajaba a un costado de la cancha profesional del club a bordo de un helicóptero Bell 429, matrícula LV-CTD, del empresario Armando Losón, el dueño del Grupo Albanesi, que en la tarde del jueves fue excarcelado luego de «arrepentirse» y confesar ante el juez Claudio Bonadio el pago de coimas a funcionarios K para las campañas electorales.

Losón es dueño de una de las flotas más completas del país a través de la empresa Alba Jet, una de las unidades de negocios del grupo que pisa fuerte desde hace años en el negocio de la comercialización de gas y la generación de energía eléctrica, una de las obsesiones de Macri.

Su última adquisición, un Challenger 350, matrícula LV-HAT, cuesta entre 20 y 22 millones de dólares, según al menos tres fuentes aeronáuticas consultadas por este medio. «Hay muy pocos en América latina», detalló uno de los expertos.

El Challenger 350 integra el podio, pero no es el avión más caro en la Argentina. Un escalón por encima está el Gulfstream g450, del empresario Nazareno Natale, dueño del hotel y casino Status de Río Grande. La semana pasada, esa aeronave fue alquilada por el Gobierno para trasladar al Presidente y la comitiva oficial hasta Colombia, para la asunción de Iván Duque.

Según consta en su sitio web, la empresa de Losón también es propietaria de un Lear 45 XR del 2009, una aeronave más acorde con el mercado local.  Su valor valor ronda los 8 millones de dólares.

La flota se completa con dos helicópteros Bell 429, matrículas LV–CTD y LV-GQJ -en venta desde hace un tiempo-, valuados en unos 10 millones de dólares cada uno. El primero es el que usó Macri al menos una vez, para el cierre de la campaña de «Vamos Juntos» del año pasado.

¿Por qué se subió Macri al helicóptero de Losón? Según explicaron desde el PRO, el partido alquiló el año pasado horas de vuelo a la empresa Unicos Air. Fuentes de la firma subrayaron que el viaje se hizo -tercerizado- en el Bell 429, matrícula LV–CTD, porque no había otro disponible de las mismas características. «Es un helicóptero bi turbina de menos de 15 años. Hay otros similares pero no estaban disponibles o tienen mayor antigüedad», dijo un responsable de la firma.

Losón se enteró ese mismo día de que el presidente se iba a subir a su helicóptero. Trató de esquivar el viaje. «No le gusta subir a políticos», cuentan en su entorno. De hecho, la compañía de transporte aerocomercial del grupo Albanesi no suele alquilar las aeronaves a los partidos políticos. Pero el empresario finalmente aceptó. El Bell 429 al que se subió Macri el año pasado es el que usa el hombre de negocios para sus cuestiones personales.
Según una factura a la que accedió Infobae, fechada el 18 de octubre de 2017, Alba Jet le facturó $63.996 a Unicos por ese viaje que despegó de San Fernando, pasó por el helipuerto de Casa Rosada y terminó en Ferro. Y viceversa. Desde el partido agregaron que la elección de ese modelo se debió a «cuestiones de seguridad». «No importa de quién es el helicóptero, lo más importante es la seguridad presidencial», argumentaron.

La empresa de aviones de Losón, que ahora dejó el manejo de la empresa en su hijo homónimo, tiene menos de una década de existencia. «En octubre de 2007, la Secretaría de Transporte de la Nación la autorizó a explotar servicios no regulares internos e internacionales de transporte aéreo de pasajeros, carga y correo, utilizando aeronaves de reducido porte», figura en su sitio web.

«Empezó con un avión Lear Jet 31 y creció muy rápido. Hoy tiene un hangar en San Fernando que muy pocos consiguen. Lo consiguió gracias a La Cámpora, durante la gestión de (Gustavo) Lipovich (ex titular del Organismo Regulador del Sistema Nacional de Aeropuertos)», se quejó un operador del mercado. El hangar tiene alrededor de 1.500 metros cuadrados, lo que le permite guardar aeronaves de terceros, y realizar operaciones de plataforma.

Es más, algunos expertos aseguran que Losón trajo los aviones al país bajo la figura de taxi aéreo para tener menos carga impositiva, aunque casi ni los alquile a terceros. «De esa manera se ahorra 40% en impuestos aduaneros e IVA», denuncia un competidor.

Los cuadernos de Oscar Centeno describen con precisión los pagos realizados por Losón en un edificio ubicado en Leandro N. Alem 855, sede de la empresa Albanesi. Allí, Roberto Baratta y Nelson Lazarte retiraron un bolso con 300 mil dólares el 29 de agosto de 2013. Un día después, «Losón le entregó a Lazarte doscientos mil dólares».

La operativa se repite en más oportunidades: «El 16 de septiembre de 2013 Lazarte recibió de Losón trescientos cincuenta mil dólares; el 2 de junio de 2015 Lazarte recibió dos paquetes con un millón doscientos cincuenta mil dólares; el 29 de junio de 2015 Lazarte recibió de Losón quinientos mil dólares; el 21 de julio de 2015 Losón le entregó a Lazarte un millón de dólares; el 6 de octubre de 2015 Lazarte retiró cuatrocientos mil dólares».

Losón recuperó su libertad este jueves luego de convertirse en el sexto «imputado colaborador» de la causa. Durante su estadía en el complejo penitenciario de Marcos Paz, el empresario compartió espacio, por ejemplo, con César Milani, el ex jefe del Ejército de Cristina Kirchner.

Albanesi tiene 11 centrales generadoras de energía eléctrica en todo el país. Tras la aparición de los «cuadernos de las coimas K», los directorios de las compañías del grupo aceptaron la renuncia del empresario excarcelado.

Según el registro de audiencias públicas de Casa Rosada, el dueño de Albanesi tuvo poco más de una docena de encuentros y actos con funcionarios K, como Baratta, De Vido, directores de CAMMESA y hasta con la ex Presidenta.

El miércoles 4 de octubre del año pasado, el empresario participó de la inauguración de una central térmica en la localidad bonaerense de Ezeiza junto al intendente Alejandro Granados, el entonces ministro Juan José Aranguren y la gobernadora María Eugenia Vidal.

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