que comenzó como una verdadera locura, poco a poco fue tomando color y el pasaje de los hermanos Di Palma por el Rally Dakar 2012 venía siendo fructífero. Sin embargo, antes de largar la 9º etapa, un percance en el motor del Toyota con el que corrían los obligó a decir basta y a culminar una aventura que duró 10 extensos y agotadores días.
La poca experiencia de ambos en una competencia de este estilo y la velocidad con la que se armó todo para que puedan competir hacía prever que la osadía de correr el Dakar no duraría mucho. Pero las ganas y el empuje que tanto Marcos como José Luis le pusieron al asunto hizo que durante estos 10 días se hayan mantenido entre los 50 mejores de la clasificación general.
Por eso, la ruptura de la pata del motor de la Toyota que manejaban dolió mucho si se tiene en cuenta que las expectativas venían siendo colmadas, y con creces.
Los pilotos de Arrecifes habían tenido infinidad de inconvenientes en la última etapa (Copiapó-Antofagasta) y por eso se vieron obligados a pasar la noche del desierto y arribar a la meta demasiado retrasados.
Pero claro, el vehículo estaba tan dañado que no hubo tiempo de repararlo y así lo que comenzó como un sueño y que poco a poco se volvía palpable, tuvo su adiós definitivo.
Pese a la bronca y la resignación, tanto Marcos como José Luis tomaron esta experiencia como una oportunidad para lanzarse definitivamente a las competencias off-road. En este contexto, ambos aseguraron que volverán a correr en 2013, aunque con todo el tiempo de trabajo necesario y, sobre todo, con toda la experiencia que les dio esta verdadera aventura del Dakar.
Fuente: MinutoUno