Después de cinco años de espera la Corte Internacional de Justicia de la ONU decidió no respaldar la demanda marítima de Bolivia ante Chile. Así lo decidió el tribunal internacional, por 12 votos a tres, en un rechazo de la demanda que La Paz presentó en 2013.
El presidente del tribunal, el somalí Abdulqawi Ahmed Yusuf comunicó en el Palacio de la Paz de La Haya el rechazo a los argumentos presentados por el país liderado por Evo Morales y determinó que Santiago no tiene la obligación de negociar un acceso soberano al océano Pacífico.
El fallo es inapelable, de cumplimiento obligatorio y se esperaba con una gran expectativa en ambos países, donde la opinión pública se endureció respecto de este histórico conflicto. Ya que Bolivia perdió su acceso al mar hace casi 135 años, después del final de la Guerra del Pacífico.
Al igual que hizo durante los alegatos orales en marzo el presidente boliviano, Evo Morales, se presentó en la CIJ para el fallo, algo poco usual en jefes de Estado. Mientras que su par chileno, Sebastián Piñera, siguió la audiencia desde Santiago.
El tema es altamente sensible en ambos países. En la víspera la Iglesia católica, en una declaración conjunta de las conferencias episcopales de Chile y Bolivia, llamó a acatar el fallo con «paz y sensatez, espíritu constructivo y fraterno».
El origen del conflicto
La demanda de La Paz data de abril de 2013, pero sus bases se remontan hasta el Tratado de 1904, que selló la pérdida de 120.000 km2 de territorio, entre ellos los 400 km de costa, por Bolivia en la Guerra del Pacífico (1879-1883) ante Chile.
Pese a la derrota, que supuso el enclaustramiento de Bolivia -el único país de América junto a Paraguay sin costa-, La Paz defiende que Chile se había comprometido a lo largo del último siglo a negociar un acceso marítimo soberano.
Por ello, el gobierno boliviano pidió en última instancia a los magistrados que dictaminen que Chile «está obligado a cumplir esta obligación (de negociar) de buena fe, de manera pronta y formal, en un plazo razonable y de manera efectiva».
Más allá de Santiago y La Paz, que sólo tienen relaciones a nivel consular desde 1978 tras un fallido acercamiento, la decisión del tribunal también fue seguida de cerca en Perú, país aliado de Bolivia en el conflicto del siglo XIX.
Perú firmó un acuerdo con Santiago en 1929 que establece que debe ser consultado, si Chile decidiera ceder en algún momento a Bolivia un territorio que fue peruano antes de la guerra.
Chilenos y bolivianos enfrentan un segundo proceso en trámite en la CIJ, por el uso de las aguas del Silala. Para Chile, que presentó en 2016 la demanda, es un río internacional, mientras que Bolivia lo considera un manantial que le pertenece.