Para un fiscal, tirar piedras en una marcha no es delito: «No sabemos si causó daño»

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Una protesta en la ciudad de Neuquén terminó esta semana en una batalla campal entre cientos de manifestantes y la policía local. Durante casi una hora, piedras, balas de gomay gases lacrimógenos frente al Concejo Deliberante se convirtieron en la postal dominante de la ciudad patagónica. Lo que se estaba poniendo en juego era una reforma de la caja jubilatoria de los empleados municipales, que cosechó una férrea oposición de los sindicato Sitramune y de estatales, de ATE.

En relación a los incidentes, el fiscal de Cámara, Pablo Vignaroli, mantuvo un duro cruce periodístico al explicar que todavía se estaba recolectando el material fotográfico y audiovisual para identificar a los manifestantes que arrojaron piedras y poder tipificar los delitos involucrados.

«El caos que genera una situación (de esas características) normalmente se vuelve dificultoso para poder individualizar», afirmó el letrado, que indicó que se están recolectando «todas las filmaciones» para dar con quienes protagonizaron los hechos de violencia.

Durante el reportaje, Vignaroli brindó una justificación sobre por qué aún no detuvo ni procesó a los implicados en los incidentes. Ello a pesar de que circuló material en las redes sociales y la prensa local, donde aparecen los  rostros de las personas que arrojaron proyectiles.

«Tener una piedra en la mano no es un delito, ni siquiera en ese contexto que se da, porque no podemos saber si con esa piedra causó algún daño», sostuvo Vignaroli.

La violenta jornada ocurrió ante el Concejo Deliberante de Neuquén, donde un importante operativo de seguridad chocó con manifestantes que se oponían al tratamiento del proyecto oficialista que sube los aportes previsionales. Todo se desbordó cuando avanzaron y tiraron una de las vallas, lo que generó una respuesta policial con gases lacrimógenos y disparos con municiones de goma.

Un comunicado oficial de la Policía local advirtió que se «desplegaron hechos de violencia de distinta magnitud», donde aparecieron manifestantes «arrojando huevos, violentando las vallas establecidas en el lugar, como así también elementos contundentes contra el personal policial, provocando incluso la rotura del visor de un casco de protección de uno de nuestros efectivos policiales».

Vignaroli afirmó que se «está trabajando en conjunto con la Municipalidad» para individualizar al grupo de manifestantes que ejerció violencia y lamentó que con la legislación vigente no se permita avanzar más rápido en la instrucción.

«Es la ley que tenemos. Si usted tiene un palo en la mano y no me dice y ni hace nada, no hay ningún delito», afirmó el fiscal provincial al comentar las demoras del proceso.

A raíz de estos incidentes, por segundo día consecutivo el centro de Neuquén se volvió imposible para el tránsito. Una nueva movilización de la CTA y gremios estatales se movilizó para repudiar el operativo policial.

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