«Sólo se necesita confianza en Dios, humildad, sencillez y perseverancia e ir al encuentro del Padre»

Taller de oración del grupo de los Ejercicios Espirituales Mama Antula

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En el marco de las actividades por las fiestas patronales en honor a Cristo Rey, en la tarde de este domingo en la mencionada parroquia se desarrolló un Taller de Oración que estuvo a cargo del grupo de los Ejercicios Espirituales María Antonia Paz y Figueroa.

En diálogo con LA BANDA DIARIO Marcela López, integrante del mencionado grupo comentó, «este taller de oración ha consistido en aprender o revisar cómo está nuestro camino de oración, como forma de examinarnos para poder cumplir con la misión que empieza, este domingo, en la parroquia Cristo Rey».

Más adelante agregó, «nos hemos sumado al lema ´Con Cristo, nuestro Rey, misioneros permanentes´, creíamos que la forma era comenzar con este taller. Y qué es un taller, es un lugar donde uno recurre para reparar aquello que no está funcionando bien; para que en presencia del Señor podamos ir viendo, examinándonos, y ver qué necesitamos reparar para ser auténticos misioneros».

Consultada si al momento de hacer una oración existe una fórmula, López explicó, «no hay fórmula. Sólo se necesita confianza en Dios, humildad, sencillez y perseverancia e ir al encuentro del Padre que nos espera. Él es el alfarero permanente que no descansa. Cuando vemos que el vaso se empezó a agrietar él viene en auxilio para repararlo. Confiar en Dios sabiendo que nos escucha, para poder cumplir con su voluntad».

Por otra parte no dudó en afirmar que todo lo que decimos, «es escuchado, no hay duda de que es así. El tema es saberlo escuchar a él. Y a él lo escuchamos en la oración diaria, familiarizándonos con él. Cómo reconoce uno la voz de un familiar, de un afecto profundo, a través de la escucha diaria, de esa intimidad aún cuando no la ve; es como decir ahí viene mi papá, mi mamá».

Finalmente indicó, «cómo reconozco yo el ruido de mi portón al del portón de mi vecino escuchándolos todos los días. Cuándo podré reconocer la voz del Señor, entrando en oración todos los días con él; entonces ahí podré reconocer su voz».

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