Sugestivamente no se pronunció casi el nombre de Jair Bolsanaro. Pero ni siquiera hizo falta. En el debate que se dio ayer entre autoridades de la defensa de Brasil y de la Argentina quedó en claro que más allá del cambio de gobierno que se dará en el país vecino en lo inmediato la cooperación entre ambos países en materia de defensa y seguridad seguirá intacta y se profundizará.
A lo largo de un extenso seminario denominado «Perspectivas desde la Argentina y Brasil sobre la dinámica de Defensa en el Cono Sur», organizado por laUniversidad de la Defensa Nacional, se abordaron todas las facetas de la defensa entre ambos países para la lucha contra el narcotráfico, el terrorismo y la protección de recursos naturales que hacen a la soberanía regional.
El invitado de lujo fue el actual ministro del Gabinete de Seguridad Institucional de la presidencia de Brasil, general Sergio Westphalen Etchegoyen, quien estuvo acompañado por jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas argentinas, el teniente general Bari del Valle Sosa; la titular de la Unidad de Estrategia de Seguridad Nacional del Gobierno, Paola Di Chiaro y la moderación del coordinador del Programa de Defensa en el Cono Sur, Fabián Calle.
En líneas generales hubo coincidencia entre todos en que hace falta que Brasil y Argentina estén unidos bajo un desafío en común que es la lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado. Y más allá de lo que pueda hacer el gobierno de Bolsonaro en el futuro hay intenciones de las Fuerzas Armadas de ambos países en potenciar la cooperación y la presencia disuasiva en las fronteras.
El rector de la Universidad de la Defensa Nacional Gonzálo Alvarez abrió las disertaciones con una cálida bienvenida a Etchegoyen y al centenar de personas que se acercaron al seminario. Inmediatamente Calle destacó que «Brasil el principal socio estratégico argentino y las amenazas en común unifican a los países».
Bajo esta mirada Di Chiaro dijo que «la prioridad para Argentina es que a Brasil le vaya bien. Lo mejor que nos puede pasar es que haya un Brasil sólido más allá de los gobiernos», dijo en abierta referencia a Bolsonaro.
Ante esto, la funcionaria de Mauricio Macri destacó que en materia de defensa hace falta «establecer una posición en común para trabajar juntos» entre Brasil y la Argentina.
«La agenda en común nos permite enfrentar los desafíos comunes que tienen que ver con el crimen organizado, con Venezuela, con la triple frontera. Y todo esto lo tenemos que pensar de manera conjunta», dijo Di Chiaro.
Así, la titular de la Unidad de Estrategia de Seguridad Nacional planteó la posibilidad de diálogo y apertura entre civiles y militares en ambos países. También deslizó sin vueltas: «la construcción de confianza en materia de energía nuclear muestran que hoy tenemos desafío comunes entre Brasil y Argentina».
Así, Di Chiaro comentó que en materia de cooperación militar, de defensa y estrategia en seguridad Argentina se ha transformado en exportador de energía nuclear y acepta un Brasil en su proyecto para la construcción de un submarino nuclear.
Por otro lado, Di Chiaro expresó que «en esta idea de integrar a la Argentina en el mundo apunta a generar confianza». Y así reflexionó: «No podemos pensar esta estrategia sin Brasil. No hay posibilidad de generar integración al mundo sin estar junto con nuestro principal socio que es Brasil».
Por su parte, el jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas planteó que el proceso de reconversión de los militares que encaró Macri en la Argentina «tiene que ver con una nueva mirada del mundo y con la idea de anticiparse a un mundo más revolucionado con temas como el narcotráfico y delito transnacionales para combatir».
A su vez, Del Valle Sosa expresó que «en el marco de estos riesgos debemos hablar de lo más urgente para las Fuerzas Armadas que es el control aeroespacial y el control de valores estratégicos». También destacó el teniente general la ayuda logística a las fuerzas de seguridad que los militares están haciendo en la frontera norte.
Más allá del desarrollo de tecnología para ciberdefensa, Del Valle Sosa dijo que la reforma militar que encaró Macri apunta a que en un futuro las Fuerzas Armadas puedan romper el actual esquema presupuestario donde más de 85% de los fondos nacionales en Defensa van a la masa salarial. «La idea es ir a un esquema del 70% de salario y el resto destinado al equipamiento. Pero esto requiere un esfuerzo presupuestario», dijo.
A su turno, el jefe de la seguridad nacional de Brasil aclaró que uno de los principios fundamentales de la Constitución de Brasil prevé la soberanía como base de la república y de allí la esencia de la defensa.
En este sentido, Etchegoyen dijo que la «defensa de la paz se sustenta en el repudio al terrorismo y el racismo».
Así, el jefe de Seguridad Nacional de Brasil remarcó que «Brasil y Argentina trabajan por la paz en todo el mundo. Nuestros países son proveedores de paz y lideran la paz donde hay conflictos».
Para Etchegoyen la estrategia defensiva de ambos países tiene una explicación simple: América del Sur tiene el 8 por cierto de la población mundial, la autosuficiencia energética y el 28 por ciento de reserva de agua dulce. «Por todo ello hay una necesidad de que Argentina y Brasil tengan unas fuerzas armadas fortalecidas», dijo Etchegoyen en un salón de la Universidad de la Defensa colmado de gente.
Etechegoyen llamó a los militares a integrase en las fronteras y potenciar la cooperación ya que habló hay un «déficit de soberanía» en la región y hace falta «reforzar el combate contra el crimen organizado donde las Fuerzas Armadas tienen un rol importante en las fronteras», dijo. Así, explicó que Brasil destina más de 30.000 efectivos en la frontera para la lucha contra el crimen organizado.
Al cerrar su exposición y sin nombrar a Bolsonario pero en una clara alusión al futuro que se viene en su país, Etchegoyen remarcó que «los desafíos que se vienen en Brasil son políticos, económicos, de seguridad pública y de moral».
Aplaudieron más de un centenar de los presentes, entre ellos, el jefe del Ejército Claudio Pasqualini; el diputado Carlos Fernández; el ministro de Educación Alejandro Finocchiaro; el empresario Mario Montoto, el docente de la Universidad de la Defensa, Juan Battaleme y Julio Hang.