La conferencia internacional sobre el futuro de Libia, país sumido en el caos desde 2011, comenzó este lunes en Palermo, Sicilia, con la presencia del mariscal Jalifa Haftar, figura clave para el futuro de ese país.
El mariscal Jalifa Haftar fue recibido poco después de las 20H30 (19H30 GMT) en Villa Igiea por el presidente del Consejo italiano, Giuseppe Conte, después de que reinara la incertidumbre sobre su participación en este encuentro internacional. El mariscal se negó sin embargo a participar en la cena ofrecida por Conte.
Conte tiene previsto reunirse más tarde con él, junto a otros responsables libios invitados a Palermo, para realizar una serie de encuentros bilaterales, según un responsable italiano.
Sin embargo, al dirigirse brevemente a los periodistas tras la cena, el jefe de gobierno italiano no confirmó estos encuentros. «Los bilaterales aquí se hacen todo el tiempo. Seguiremos trabajando mañana», se limitó a decir.
Al mariscal Haftar, quien controla el este del país, no le gusta sentarse en la misma mesa que algunos participantes que, según él, son extremistas islamistas, aseguran en su entorno.
«Al no confirmar su presencia, Haftar quiere demostrar que es clave para todo acuerdo (…) y se fortalece», sostiene Mohamed ElJarh, analista libio.
La nueva reunión se celebra cinco meses después de la organizada en mayo en París y pretende desbloquear el clima político para acordar un proceso electoral más realista con respecto a lo pactado en Francia con la celebración de elecciones el 10 de diciembre.
La ONU, encargada de encontrar una solución para la estabilización de Libia, azotada por las divisiones y las luchas de poder desde la caída del régimen de Muamar Gadafi en 2011, reconoció que el proceso electoral debe ser postergado a la primavera boreal de 2019.
Como en la cumbre de París, Haftar fue invitado a la mesa de conversaciones con el jefe del Gobierno de Unión Nacional (GNA) y reconocido internacionalmente, Fayez al Saraj, el presidente del Parlamento, Aguila Salah, y el del Consejo de Estado (equivalente a la Cámara Alta en Trípoli), Jaled al Meshri.
Italia también invitó a dignatarios y representantes tribales así como a representantes de países europeos, árabes y de Estados Unidos.
Unificar posiciones
En una entrevista a la AFP, Saraj reconoció que esperaba que se lograra «una visión común de la crisis» y aunar las posiciones de Francia e Italia frente a uno de los países más ricos en petróleo.
Italia, que mantiene lazos históricos con Libia, ya que fue una de sus pocas colonias, está preocupada por el problema de los migrantes y considera que la estabilidad en ese país del norte de África es una condición necesaria para el equilibrio del Mediterráneo.
Después del encuentro de mayo en París, Italia acusó a Francia de querer abordar sola la pacificación de Libia, dirigida actualmente por dos entidades rivales: el GNA, con sede en Trípoli, y una autoridad instalada en el este con un parlamento elegido en 2014 y apoyada por una fuerza armada dirigida por Haftar.
Abrir las urnas en diciembre y arriesgarse a que los casi siete millones de libios vuelvan la espalda genera mucho escepticismo, sobre todo en Italia y Estados Unidos.
«Apoyamos la celebración de elecciones lo antes posible, pero fijar plazos artificiales y fomentar un proceso apresurado sería contraproducente», advirtió David Hale, número tres de la diplomacia Estados Unidos.
Una opinión compartida por el enviado especial de la ONU, Ghassan Salamé, cuyo plan presentado hace pocos días incluye un nueva conferencia política a principios del próximo año, que permita fijar un calendario electoral y elaborar una nueva Constitución.
Muchos libios y analistas atribuyen la continuación de la crisis a las rivalidades entre países occidentales y árabes con intereses contrapuestos.
La cumbre en Sicilia se celebra después de una serie de combates en la capital libia, donde al menos 117 personas murieron entre finales de agosto y finales de septiembre.
El regreso a la calma y la reactivación de la economía son temas que también serán tratados en la conferencia, explicaron fuentes diplomáticas italianas.
(Con información de AFP)
Fuente: Infobae