Dos monjas de una escuela católica robaron 500 mil dólares y lo gastaron en viajes y casinos

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La comunidad educativa y religiosa de la escuela católica San James, en Los Angeles, Estados Unidos, está conmocionada por los resultados de una investigación que reveló quiénes habían malversado los fondos de la institución durante 10 años. Se trata de dos monjas, que trabajaban en el colegio como directora y profesora. En total, robaron 500.000 dolares y, para sorpresa de muchos, los gastaron en viajes y casinos.

La auditoría interna señaló que las responsables fueron Mary Margaret Kreuper y Lana Chang. Los funcionarios de la arquidiócesis local remarcaron que mientras las mujeres les decían a los padres que la escuela operaba con un presupuesto limitado, ellas malgastaban los ingresos en vacaciones y juegos de azar.

La escuela católica que fue saqueada por las monjas en 500 mil dólares.

El escándalo salió a la luz cuando la propia escuela anunció que le había notificado a la Policía que las hermanas Kreuper y Chang habían estado “involucradas en el uso personal de una cantidad sustancial de los fondos escolares”.

Las monjas, que se retiraron de sus servicios en el colegio a principios de este año, admitieron ser ladronas y se mostraron arrepentidas. En ese sentido, prometieron que iban a devolver el dinero. Es por este motivo, que nadie presentó cargos contra ellas.

La auditoría interna había sido una medida de rutina. Seis meses antes de que las hermanas abandonaron sus cargos, se realizó el chequeo con total normalidad. Pero fue allí cuando descubrieron que las cuentas no cerraban. Y más aún cuando un familia solicitó una copia de su cheque a la escuela y notaron que había sido depositado en otra cuenta bancaria, ajena a la institución.

Sisters Mary Margaret Kreuper y Lana Chang las monjas ladronas.

El auditor notó que Kreuper, quien en ese entonces era la directora, estaba “muy nerviosa” con el control de las finanzas y solicitó al personal que modificara los registros. Y luego otro contador descubrió una “cuenta olvidada”, a la que solo tenían acceso estas dos monjas.

Ambas mujeres fueron removidas del ministerio y trasladadas a conventos separados. Pero no se levantaron cargos porque la congregación de Hermanas de San José Carondelet, a la que pertenecen, acordó pagar lo que robaron.

El Tribuno

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