«Tuvimos que remover todo con palas», dijo Karsten Korte, el jefe de los bomberos voluntarios de Werl, un pueblo de raíces medievales en Renania del Norte-Westfalia, en el distrito de Soest, que con su estatua a la Virgen María es uno de principales destinos de peregrinación católica de Alemania.
Unos 25 bomberos equipados con palas, agua caliente y sopletesnecesitaron dos horas y media para remover la tentadora cobertura del asfalto y evitar peligrosas patinadas de los transeúntes en ese sector de la ciudad, de poco más de 30.000 habitantes.
Télam