La presidenta de la Juventud Radical, Luciana Rached, respaldó este sábado a la empleada del Congreso del congreso de la Nación que denunció por abuso sexual al senador por La Pampa Juan Carlos Marino. Además adelantó que su sector solicitará que el caso se evalúe internamente con celeridad, para definir la posible expulsión del partido del legislador.
«Vamos a pedir que el senador Marino se presente ante el Tribunal de Ética partidaria, para que ese órgano analice el caso y determine si corresponde su expulsión. Se trata de una actitud que siempre es repudiable, y desde ya digo que le creo a la denunciante, que es una militante de la UCR», apuntó Rached sobre Claudia Guebel.
En esa línea, advirtió sobre «lo difícil que es denunciar a un hombre con poder» y afirmó que «la política es uno de los ámbitos más machistas con rasgos culturales mucho más arraigados y difíciles de desterrar».
«Esto ya tiene una condena social», dijo Rached. No obstante, estimó que las instituciones políticas «tienen tiempos muy burocráticos» frente a las demandas de justicia que reclaman las mujeres que han sufrido abusos. Y a la vez, dudó acerca de si el sistema judicial «está preparado para recibir este tipo de denuncias».
«Estamos ante una justicia que sigue siendo patriarcal, como sucede en la política. Mi partido tiene 127 años de historia y esta es la primera vez que una mujer ocupa un cargo como el mío. Esto hay que analizarlo, porque en las fuerzas políticas hay un machismo muy arraigado», expresó.
En ese sentido, añadió: «En el ámbito político nos vamos a sorprender mucho porque va a haber muchísimas más denuncias».
Guebel, de 51 años, se desempeña como asesora de Marino hace aproximadamente un año. En su denuncia, contó que el senador estipuló que sus funciones fueran desempeñadas desde su domicilio y al mes de empezar a trabajar comenzó a sufrir acoso a través de mensajes a su celular.
Dentro de los detalles que dio figuran algunos mensajes al WhatsApp. En esos mensajes –según la denuncia– Marino le decía: «¿Dónde estás?» «¿Dónde vivís?», «Voy a estar por allá; me doy una vuelta», «Preparate que voy a tu casa». «Me enviaba videos alusivos al sexo», manifestó.
Luego amplió el relato en entrevistas con las radios Con Vos y Continental: «El senador me llama con el dedo diciéndome ‘vení acá antes de irte’, y cuando lo hice, sin mediar palabra, el tipo avanzó a manosearme los pechos. Sabiendo cómo funciona la mentalidad masculina, siempre me cuidé mucho de la ropa, pero así y todo lo hizo, cuando era casi imposible que metiera la mano a través de un trajecito tipo sastre. Ahora yo pregunto: ¿a quién se le pueden contar estas cosas?».
En concordancia, Rached analizó: «Es difícil denunciar. Imagínense en el ámbito político: esto es doble esfuerzo. Las mujeres denuncian cuando pueden, no cuando quieren. Ojalá no sea necesario nunca más que una mujer exponga, cuente y reviva por lo que pasó. Todavía existen prejuicios y estigmas de qué significa el abuso. No es fácil hablarlo, no es fácil contarlo y si se trata de un hombre con poder, es más difícil aún».
La causa está siendo investigada por el juzgado federal N° 5 y la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N°6.