El mismo año en que Telefé demostró con “100 días para enamorarse” que las ficciones locales tienen aún mucho que ofrecerle a la pantalla chica, “Morir de amor”, transmitida por la misma señal, fue la contracara de aquel éxito.
En su capítulo final -que se desdobló en dos emisiones, una el miércoles, otra el jueves- la miniserie protagonizada por Griselda Siciliani tuvo mediciones demasiado pobres: 3,3 y 4,7 respectivamente. Previo a su estreno, el 17 de octubre, las expectativas puestas en “Morir de amor” eran realmente altas.
Su protagonista acababa de abandonar otro rol principal en la obra “Sugar”, de rutilante éxito a lo largo del 2017, y del cual Siciliani había sido parte esencial. Por si fuera poco, su arribo a la tira llegaba después de una repentina salida de Leonardo Sbaraglia, que iba a interpretar al personaje masculino central de la historia.
Abocada a la telenovela, Griselda tenía todo para mantener la vara de su gran momento profesional, de la mano de una trama que a priori lucía más adulta, personal y acorde a sus intenciones dramáticas. La miniserie, dirigida por la renombrada Anahí Berneri (“Alanis”) en su desembarco televisivo, cuenta la historia de Helena Karsten, abogada de una obra social que padece una enfermedad terminal y queda atrapada en las redes de Juan Deseado Molina(Esteban Bigliardi) un científico que ostenta la peculiar perversión de seducir y acompañar a mujeres con la misma condición de Helena, para luego matarlas.
En los 12 capítulos de “Morir de amor” el suspenso, el sexo y la violencia están a la orden del día. Por su osadía y lo explícito de su contenido, este thriller erótico debió hallarse su propio espacio dentro de la grilla del “canal de la familia”: la novela se emitía los miércoles a las 23.30, ya superado el horario de protección al menor.
Los 10,6 puntos de la primera entrega, comenzaron a descender aceleradamente en la medida en que la gente perdía el hilo de la trama y por ende el interés en ella. La baja performance de esta novela, como sucede con muchas actualmente, es multifactorial.
La historia, algo oscura y angustiante como “para terminar el día”, el horario que impedía el seguimiento del público o el hecho de que la ficción completa se encontrara disponible en la plataforma “on demand” de Cablevisión desde su estreno, quizá hayan sido motivos que podrían explicar el desempeño de la novela en materia de rating.
Otro detalle no menor, fue el tenaz repudio en las redes sociales que sufrió Siciliani, principalmente de parte de personas identificadas con el movimiento “pro-vida” en contra de la aprobación de la ley del aborto, causa con la que la actriz se identifica fervientemente. De forma agresiva, muchas mujeres “festejaron” el “levantamiento” de la serie sin advertir que se emitieron los 12 capítulos previstos desde el principio.
Siciliani venía de protagonizar un gran éxito teatral: “Sugar”, aquella legendaria pieza que estelarizó Susana Giménez y que en 2017, ahora con la diva como productora, debutó en calle Corrientes a todo trapo. En marzo de este año, y sorpresivamente, la actriz anunció que dejaba la obra musical porque quería dedicarse a otros proyectos.
Su reemplazante fue Laurita Fernández, y todo este proceso fue seguido por los ciclos de chimentos que creyeron ver entre ambas rubias una relación de “mala onda”. Todo ya es historia…