Daniel Filmus pide un frente opositor: «Si no somos capaces de unirnos seremos culpables de cuatro años más de Macri»

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Daniel Filmus (63) pisó por primera vez Valeria del Mar cuando este balneario era poco más que un páramo. Corría 1972 y él era un estudiante de Filosofía y Letras tipificado como intelectualmente superior: había empezado la primaria a los cuatro años, edad en la que ya sabía leer y escribir por «culpa» de su mamá, la profesora de inglés del barrio de La Paternal, y se recibió de Sociólogo a los 21.

Por aquellos tiempos, él era un joven que militaba en derechos humanos pero no en política partidaria. Difícilmente hubiera imaginado que tres décadas más tarde sería Ministro de Educación de la Nación.

Avanzado el siglo XXI, Filmus ya tiene un recorrido en la primera línea de la política argentina, y no se baja de allí. Mientras disfruta de sus vacaciones en esta localidad pinamarense, el diputado nacional por Unidad Ciudadana, sociólogo y docente de la UBA analiza en una charla de playa con Infobae el futuro electoral, pide la unidad del peronismo y el progresismo para retomar el gobierno tanto en la Nación como en Capital Federal, hace una autocrítica y admite que el peronismo se equivocó cuando no acompañó en el ballotage la candidatura porteña de Martín Lousteau y también evalúa la política educativa de Cambiemos: a decir de su análisis, la administración Macri tendría un reprobado.

-¿Está de acuerdo con armar un frente de unidad para las presidenciales de este año?

-Sí, y para la Ciudad también. Por primera vez en la historia de la Ciudad se van a elegir el mismo día Presidente y Jefe de Gobierno. Está la posibilidad de que la Ciudad tenga una mirada complementaria con el 70% de argentinos que dice que no está de acuerdo con el gobierno de Macri. Es un desafío para los dirigentes poder representar a ese 70%. Si no somos capaces de unirnos seremos culpables de cuatro años más de Macri. Hay que construir una alternativa lo suficientemente amplia, generosa, plural y diversa que permita tener dos condiciones: un programa común, porque no estoy de acuerdo con la política de la Alianza, que los unía más el espanto que el amor, y Argentina tiene un mecanismo, que son las PASO, para que puedas elegir quién es el candidato en el marco de un frente común. Los liderazgos hay que resolverlos en las PASO. Y definir un programa común, industrial, de distribución del ingreso, apoyado en la ciencia y la técnica.

-Le leo un tuit de Pino Solanas de las últimas horas: «Ya llegará la hora de un gran argentinazo, deseamos que sea en octubre con los votos, y que todos esos candidatos, Pichetto, Solá, Massa, Cristina, Lavagna participen en una gran interna de un Frente Único, estableciendo los puntos básicos que tendría ese gobierno de transición». ¿Qué opina?

-Lo hemos hablado con Pino. Hace falta no sólo oponernos a Macri sino tener una política común. Si no llegás al gobierno y te pasa lo de la Alianza. Chacho Alvarez duró unos meses.

-¿Por qué cree que Massa, Pichetto y Urtubey, más algunos otros gobernadores, hoy marcan distancia con el kirchnerismo?

-Confío que haya una posibilidad de unidad, y creo que todos ellos tienen dos alternativas. O son instrumento de la unidad o son funcionales al gobierno de Macri. Hay una sola forma de que Macri gane, que vayamos desunidos. Todos los que trabajen para la desunión de la oposición claramente van a ser funcionales a una mirada oficialista.

-¿Le parece que en ese sector hay una intención de ser funcionales a Macri?

-Espero que no.

-Esa es su esperanza. ¿Cuál es su intuición?

-No sé si todos, porque algunos no tienen retorno, pero creo que los que se den cuenta de que cuatro años más de un gobierno de estas características destruyen a la Argentina del futuro por muchas décadas, accederán a generar condiciones para un frente. El próximo gobierno tiene que ser de unidad nacional mucho más allá del peronismo y del kirchnerismo. Pensá en el Gabinete de 2003. Fui integrante de un gabinete plural, donde Néstor llamó a los mejores y Alberto Fernández tuvo un papel muy importante, y venían de sectores diferentes. El gobierno para 2019 tiene que ser uno donde estén los mejores y que provengan de una mirada común, industrialista, con eje en el trabajo. Que sea amplio y saque al país de la emergencia.

-Casi no nos acordamos pero Julio Cobos fue vicepresidente de Cristina Fernández de Kirchner.

-Pensá en Ocaña, fue ministra de Salud. ¡Con Cobos sacamos el 45% de los votos! ¡Con Cobos! Y cuatro gobernadores radicales.

-¿Quiere decir que el piso de aceptación del 30% que tiene Macri está dentro de la lógica para el año electoral?

-Es el núcleo duro que siempre tuvo la derecha.

-¿La disputa está en el tercio restante?

-En ese tercio que se opone a las políticas de Macri y necesita ver canalizada una coalición de unidad nacional.

-¿Cristina limita o amplía en ese sentido?

-Cristina es la candidata que tiene mayor caudal electoral y no puede estar excluida de ninguna manera. Dependerá de su voluntad que quiera ser candidata o no.

– ¿Para usted es la mejor candidata?

-Sin dudas, es la candidata que reúne mayor cantidad de votos. Participo y trabajo con Agustín Rossi, quien en el caso de que Cristina no sea candidata puede representar esa mirada, pero insisto, no depende tanto de la decisión individual sino de que seamos capaces de construir una coalición importante. Cristina lo planteó en Avellaneda en 2017; su esfuerzo está puesto en que el 10 de diciembre sea el último día de gobierno de Macri.

-Grabois dijo que Cristina «maduró». ¿Coincide?

-En realidad no, porque hemos acompañado a Cristina y no creemos que sea una cuestión de madurez. Cristina ejerce liderazgo con transformaciones enormes que se hicieron entre 2003 y 2015. Querer repetir esas políticas sería errado. Hoy es una Argentina distinta y hay que tener políticas para eso.

-¿Considera que hay un sector de la sociedad que espera una autocrítica del lado del kirchnerismo?

-En diciembre de 2017 publiqué un libro que se llama «Pensar el kirchnerismo» y reúne miradas sobre temas pendientes que no se resolvieron bien. Juan Carlos Tedesco hablaba del tema de la calidad educativa, Mercedes Marcó del Pont plantea el tema de la restricción externa, Jorge Taiana habla de temas vinculados a la falta de integración económica regional, Jozami habla de Derechos Humanos y que no resolvimos el tema de la seguridad y las cárceles. La principal autocrítica de cara a 2015 es que repetimos una y otra vez lo que hicimos y no lo que íbamos a hacer. Entonces, el tema es el futuro: se vota al que va a hacer. Por lo que hicimos el pueblo ya nos pagó: empezamos con el 22% y terminamos con el 54%.

-¿Cuándo va a hablar Cristina?

-(risas) Todos sabemos que habla todos los días. Habla y ha tenido una generosidad y amplitud enorme en hablar con actores con los que había estado enfrentada para limar asperezas y acercar lo que nos une y no lo que nos divide. Está llevando una estrategia de amplitud.

-Días atrás, en una playa acá cerca, en Cariló, Aníbal Fernández dijo a Infobae que «la yegua va a trotar». ¿Cree que ella será candidata?

-No me animaría a poner en boca de Cristina definiciones que no tuvo. Estamos trabajando con Rossi para que no nos pase lo que ocurrió en Brasil con Lula y Haddad, salir con un candidato 20 días antes. Que cuando ella tome la decisión tenga las opciones posibles. Ese caudal de votos que tiene es transferible a otro candidato pero no alcanza. Necesitamos amplitud y mirada de país que nos permita salir de este momento.

-¿Lavagna, que también integró el gobierno kirchnerista en su origen, le parece un buen candidato a Presidente?

-No es un candidato que yo acompañaría pero bienvenido si él aporta a unas PASO común. Si el objetivo de aparecer públicamente es dividir al campo opositor entonces está jugando para el gobierno de Macri.

-¿Por qué el peronismo no puede ganar la Capital?

-El desafío es atender cuáles son las demandas de los porteños y las porteñas, que no son las mismas que las del Gran Buenos Aires. Tenemos que tener un programa propio de la Ciudad. Tenemos que construir una mirada urbana, qué sería una ciudad igualitaria, plantearse una ciudad con más obras, a escala humana, donde todos los que viven en ella puedan vivir con dignidad. Y si nosotros somos objetivos y vemos que nuestras fuerzas solas no alcanzan para gobernar la ciudad, hay que abrir a otras opciones progresistas y tener una expresión conjunta. Cuando Lousteau sacó 48% en el ballotage de 2015 mostró que la mitad de la ciudad no está de acuerdo con este modelo. Hay que tener una fuerza con capacidad de representar a esa mayoría.

-¿El PJ Capital se equivocó en no haber apoyado a Lousteau en esa segunda vuelta?

-Sí, claramente. También podés pensar que si lo hubiera apoyado le hubiera sacado votos. Autocríticamente hay que pensar que tendríamos que haberlo apoyado, para tener un gobierno alternativo al macrismo y por el impacto que hubiera tenido sobre la candidatura presidencial de Macri.

-¿Qué encuentra como positivo en el gobierno de Cambiemos?

-Es muy difícil. Me pareció importante que en 2016 se hayan cumplido con paritarias docentes. Lamentablemente lo tiró por la borda. Soy muy crítico de todas las políticas de Cambiemos pero cuando aparecen las positivas las tenemos que acompañar, sin lugar a dudas.

-¿Qué idea de la educación tiene Cambiemos según su criterio?

-La de formar para el mercado. Por eso cierra escuelas, porque no le interesa la educación de la mayoría. No es que va a vender las escuelas públicas al sector privado como hizo Chile en la época de Pinochet. Lo que hace es esto: desangrar la escuela pública, vaciarla de contenido, que esté abierta pero que no enseñe, total el circuito de escuelas de donde viene el Presidente y el Gabinete y su sector es de escuelas privadas y tiene garantizada la supervivencia. Cuando éramos chicos, iba a la escuela privada el que no le daba la cabeza para ir a la pública.

-El prestigio lo tenía la escuela pública.

-Te doy un ejemplo: cuando asume Macri, en 2016, llama a paritaria nacional docente, tiene éxito, acuerda el salario docente nacional y empieza las clases sin conflicto. En 2017 no llama a paritaria, empieza el conflicto y pierde más de 20 días de clase. En 2018 el Gobierno podía optar por el éxito de 2016 o por el fracaso de 2017, la decisión de optar por 2017 es porque no le interesa que haya clases o no.

-¿Qué le interesa?

-Estigmatizar a los docentes, castigarlos, y deteriorar la escuela pública y mostrar que esta no sirve. Entonces ellos no tienen fallidos, es lo que piensan. Así viene la frase de Macri de que «los chicos caen en la escuela pública» o lo que dice Vidal, «para qué abrimos universidades si los pobres no llegan», y entonces es lo que hace Rodríguez Larreta, cierra la escuela nocturna. Ese cierre afecta a los que estudian y trabajan.

-El argentino medio tiene dos recursos tipo latiguillo para analizar Argentina. Usualmente habla de que los problemas del país están en la salud y la educación. ¿Por qué se transformaron estos aspectos en un problema permanente? ¿Cuántos años se necesitan para dejar de hablar de la educación como un problema?

-Creo que no sólo es salud y educación, también ciencia y técnica. Tienen que ser concebidos como políticas de Estado. Las leyes que sancionamos durante nuestro gobierno fueron todas por unanimidad. Hicimos un trabajo enorme después de grandes debates y muchos de los que ahora están en el oficialismo votaron esas leyes, como Esteban Bullrich. Hicimos la ley de educación técnica, la ley del salario docente, la ley de financiamiento educativo y pasamos Educación del 3% del PBI al 6%. Unificamos los criterios y volvimos a primaria y secundaria. Esas leyes debieran haber llegado para quedarse, y están vigentes, lo que pasa que este gobierno no las cumple: este gobierno destruyó una política de Estado.

-Los problemas de una política educativa determinada se ven al cabo de unos años. Los errores de una gestión se arrastran por décadas. ¿Por qué no puede haber un consenso en la formación de educadores y de ciudadanos?

-Te doy un ejemplo: nosotros volvimos a colocar la ley de educación técnica. Los primeros egresados salieron en 2013. Las carreras que más crecen son las ingenierías, son los egresados de esas escuelas técnicas. En 2021 más o menos saldrán de la universidad esos ingenieros. Entonces una política que empezaste a aplicar en 2005 mira a 2022. En los ’90 se habían cerrado las escuelas técnicas. Entonces si querés un país industrial necesitás ingenieros. Si quienes egresen en 2022 se encuentran con el país exportador de commodities y no productor de bienes y servicio, no tendrán trabajo. Formar un ingeniero cuesta al Estado 30 mil dólares. Los habrás perdido. Si deteriorás el salario docente como hace Macri estás determinando que elijan la docencia los que no pueden ir a la universidad. Hay que imitar de los países como Finlandia pagarle bien a los docentes, valorarlos bien socialmente, que sea un trabajo deseado. Nosotros habíamos puesto becas a los mejores alumnos que quisieran ser docentes. Este gobierno las sacó.

-¿Qué tipo de país cree usted que Cambiemos imagina para sus estudiantes?

-Se imagina a sí mismo como un gobierno que va a liderar un proceso en el que Argentina venda alimentos y minerales. ¿Para qué quiere educar a los argentinos si no van a tener trabajo? No se construyen más escuelas. El Gobierno prometió 3 mil jardines con la plata de Fútbol para Todos. Este año eliminó esa plata para los jardines, solo dejó para terminar los que ya empezó y no empezó ni la décima parte de lo que prometió. El jardín es importante para los más humildes que necesitan nivelarse con los chicos que en sus casas tienen computadoras y libros.

-¿La inversión en educación está relacionada con la política económica?

-Exactamente. El año pasado, en 2018, el presupuesto en infraestructura para escuelas fue de 9 mil millones de pesos. Para 2019 es 3 mil millones. No sólo que no creció como la inflación si no que bajó dos terceras partes. El FMI exige recortar y el Gobierno lo hace en educación y salud, dos de los rubros que más cuestan, junto a la jubilación. De Salud sacaron el ministerio, las jubilaciones la bajaron 20% y tiran abajo el presupuesto para la educación.

-¿Durante su gestión se fundó el Canal Encuentro?

-Encuentro y Paka Paka. Uno de los éxitos de Encuentro no fue sólo la calidad de los contenidos. Lo que posibilitó que lo viera cualquiera era que esté entre los primeros canales de la grilla, lo pusimos primero en el canal 5 y cuando llegó C5N lo pasamos al 6. Hay una ley que dice que tiene que estar ahí. Encuentro se ganaba todos los Martín Fierro de cable. Ahora no gana ni un premio. Paka Paka fue una apuesta para que los chicos hablen en argentino y Zamba pasó a ser un nuevo ídolo de los chicos. Fue un cambio cultural enorme y lamentablemente terminó.

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