Con un llamado a “elecciones presidenciales libres, transparentes y creíbles, de acuerdo a la Constitución venezolana” finalizó ayer en Montevideo la reunión del Grupo de Contacto Internacional sobre Venezuela, de la que participaron 14 países europeos y americanos. Dichas elecciones deberán contar “con todas las garantías necesarias”, según la declaración final leída por el canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa y la alta representante para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad de la Unión Europea, Federica Mogherini.
Sin embargo, Uruguay, México y los países de la Comunidad del Caribe (Caricom) fueron reticentes. Unas horas antes de la reunión presentaron el “Mecanismo de Montevideo”, que propone un diálogo sin condiciones. Por caso, sin exigir al régimen de Nicolás Maduro que ponga una fecha de elecciones, sin pedirle que cambie la Corte Electoral de Venezuela o libere a los presos políticos. Estas exigencias son algunas de las condiciones que difundió el presidente interino venezolano Juan Guaidó, quien desde fines de enero fue reconocido por Estados Unidos, la mayoría de los países latinoamericanos y casi todos los países miembros de la UE.
Al explicar el plan de México y Uruguay, el canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa dijo: “Lo que tiene que acordarse entre las partes son cuáles son las condiciones y son ellos los que lo tienen que acordar, nosotros vamos al diálogo sin condiciones”. Pero finalmente Uruguay firmó el documento, al ser el país anfitrión.
Para algunos analistas internacionales, las divergencias con la UE estaban claras desde el inicio de la reunión, que duró cinco horas y se hizo en la Torre Ejecutiva de Montevideo. Allí estaban los cancilleres de México, Bolivia, Costa Rica, Ecuador, Uruguay, Suecia, España e Italia, junto a altos funcionarios de las cancillerías de Alemania, Francia, Holanda, Portugal e Inglaterra, entre otros países.
En la apertura de la reunión, Federica Mogherini dijo que ante la crisis venezolana “es fundamental evitar la violencia interna y la intervención externa”, apuntando al objetivo de elecciones libres. El canciller español Josep Borrell no ocultó su malestar ante la propuesta de diálogo impulsada por México y Uruguay. “Este grupo tiene otro objetivo, es ayudar e impulsar a que se celebren elecciones presidenciales”, dijo Borrell.
Lo cierto es que el GIC se impuso en la reunión de Montevideo un plazo de 90 días, a contar desde ayer. Vencido ese plazo, si no hay resultados concretos se va a disolver. “Si bien se asume que hay posiciones políticas diversas, todos los países del GICcomparten un mismo objetivo”, dice el comunicado difundido ayer. El texto insistió en que se buscará “alcanzar un enfoque internacional común para apoyar una resolución pacífica, política, democrática y de los propios venezolanos a la crisis”. El GIC acordó enviar una misión técnica a Venezuela y volver a reunirse en marzo para seguir trabajando en un proceso que permita llegar a «una solución venezolana» a la crisis. En este sentido, el GIC se comprometió a seguir trabajando por «establecer las garantías necesarias para un proceso electoral creíble en el menor tiempo posible». Y también trabajará para «permitir la entrega urgente de asistencia, de acuerdo a los principios internacionales de ayuda humanitaria».
En el discurso de apertura del GIC en Montevideo, el presidente uruguayo Tabaré Vázquez llamó “a la serenidad de las partes involucradas y a la prudencia de la comunidad internacional”. Los latinoamericanos y la UE están de acuerdo en evitar una intervención militar en Venezuela que podría desestabilizar a Sudamérica, como destacó Mogherini.
El desacuerdo está en que los europeos no buscan una mediación entre las partes, sino abrir un proceso político que termine con la crisis. Y el “Mecanismo de Montevideo” no pide elecciones anticipadas. Empezaría a funcionar con un llamado al “diálogo inmediato”, creando condiciones para el diálogo. Le seguiría una “negociación” que busque puntos en común. Al respecto, Federica Mogherini habló por la Unión Europea reconociendo que «aunque no es incompatible, el Mecanismo de Montevideo tiene composiciones y objetivos diferentes a los del Grupo Internacional de Contacto».
México y Bolivia no firmaron la declaración final del GIC. El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, dijo a la prensa que «por mandato constitucional México no puede apoyar la injerencia política en otros países». Por otra parte, ante los reparos que Guaidó mostró en las últimas horas a un eventual diálogo, el canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa, insistió en que «no hay negociación posible sin diálogo y aún las elecciones tienen que ser de alguna manera acordadas». Por eso, Nin Novoa dijo que «negarse al diálogo es bloquear la posibilidad de entendimiento».
Fuente: agencias AP, EFE, AFP