Honda justificó la decisión por la necesidad de reestructurar la producción en un contexto de muchos cambios en el mercado mundial del automóvil. Sin embargo, la sede europea de Honda permanecerá en Reino Unido, precisó un comunicado de la empresa.
El anuncio de Honda profundiza el temor a que la incertidumbre en relación al Brexit desate una fuga de empresas.
Los planes de Honda se suman a una decisión similar que tomó la también japonesa Nissan, y a las advertencias por parte de la estadounidense Ford y las británicas Jaguar Land Rover sobre los riesgos de una salida no negociada de la Unión Europea (UE).
Paralelamente, miles de compañías pusieron en marcha planes de contingencia ante la posibilidad de que Londres rompa sus lazos con Bruselas de manera no negociada el próximo 29 de marzo, según informó la Cámara de Comercio Británica.
El Parlamento británico rechazó en enero los términos de salida pactados con la UE, por lo que el país abandonará bloque sin periodo de transición alguno dentro de seis semanas si no ratifica antes un pacto o bien pide una extensión del plazo, algo que la primera ministra, Theresa May, descarta por ahora.
Un Brexit «duro», sin acuerdo con la UE, podría hacer colapsar los puertos británicos en un primer momento y complicar en adelante los trámites aduaneros, por la imposición de nuevas tasas a las importaciones y las exportaciones.
Muchas firmas ubicadas en el Reino Unido mantienen cadenas de fabricación internacionales, en las que algunos componentes cruzan el canal de la Mancha en ambas direcciones antes de ser ensamblados en el producto final, por lo que aranceles y retrasos en la frontera pueden afectar a sus operaciones.
El año pasado, Holanda captó a 42 empresas británicas, o con sólidas estructuras en el Reino Unido, debido al Brexit, e intenta atraer a otras 250, según el gobierno holandés.
Otros países europeos como Irlanda, Francia, Alemania, Bélgica y Luxemburgo también están tratando de capitalizar las oportunidades que brinda la ruptura británica con la UE.
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