Mientras todos los pronósticos nacionales anticipan una cosecha récord de granos para este año, sobre todo por el buen clima que se espera en la zona central del país, los productores salteños también son optimistas en cuanto a la producción, pero advierten que esa bonanza no se traducirá en mejores ingresos ni en generación de nuevos puestos de trabajo, por la presión fiscal, el costo del flete e insumos y las retenciones.
El gerente de la Asociación Productores de Granos del Norte (Prograno), Lisandro De los Ríos, brindó a El Tribuno un análisis de la situación de la agricultura de la provincia.
¿Cuál es el panorama de la agricultura salteña para este año?
Climáticamente hasta ahora está bien y los cultivos vienen evolucionando. En el tema de resultado económico va a ser un año bastante complicado porque los márgenes van a ser ajustados. El aumento en los costos de fletes este año va a ser importante por el combustible, y porque se espera una buena cosecha en la región central del país y eso hace más difícil y costoso conseguir transporte. Por otro lado, también nos afecta la restitución de las retenciones a muchas producciones que estaban sin esa carga y este año se volvieron a imponer. Eso hace que a todas las economías regionales les genera un impacto grande en la rentabilidad.
Y el año pasado no terminó de ser muy fructífero a pesar de que la devaluación tenía que haber beneficiado al campo…
Cuando llegó esa devaluación fuerte, el productor de esta región no la pudo aprovechar porque ya había vendido su cosecha y ahora se acomodaron los precios a esa devaluación en mano de obra, combustibles, agroquímicos y semillas, que a su vez están en dólares y el precio de los granos no subió con respecto al año pasado.
¿Cómo impacta el anuncio de la Nación sobre la baja de la carga patronal a las economías regionales?
Nosotros pedimos algún tipo de aclaraciones a la Secretaría de Agroindustria. En principio, la medida será beneficiosa para aquellos productores que tengan como actividad principal las legumbres o tabaco, por ejemplo, a quienes les va a bajar la carga de aportes patronales en el transcurso del año. La medida no incluye a los productores ganaderos, excepto los tamberos, y a los de soja y maíz porque no se los incluyen dentro de lo que se considera economía regional.
La presión fiscal por parte del Gobierno provincial sigue alta…
Tampoco se alivianó. El año pasado se trabajó con el Gobierno de la Provincia en una actualización de los parámetros para el cálculo del impuesto inmobiliario rural, pero ese impuesto va a subir desde el año pasado hasta el 2020 casi en un 260%, que si bien eso fue acordado, esperábamos que en 2019 empezaran a bajar los otros impuestos que estaban plasmado en el Pacto Fiscal. Iba a haber una baja en los impuestos a los sellos y a ingresos brutos para las actividades vinculadas al sector, como son los contratistas, pero no hubo ninguna baja, aunque sí se siguió adelante con la suba importante en el impuesto inmobiliario rural.
Ante ese panorama que describe,
¿qué se puede esperar en cuanto a generación de nuevos puestos de trabajo por parte del campo?
Con estos números ajustados, la buena noticia que podemos dar es que no va a haber una reducción del empleo en el sector. Es muy difícil aumentar la planta de personal porque los créditos para llevar adelante nuevas inversiones son imposibles de alcanzar y no habrá nuevos proyectos productivos.
En esa línea también se puede incluir a los 32 lotes paralizados por la Provincia…
Queremos creer que esto se debería resolver, lo que pasa es que en este tema de habilitación de tierras, los 11 años del gobierno de Urtubey muestran que siempre fuimos empeorando la situación en cuanto a la posibilidad de desarrollar nuevos emprendimientos.
Pablo Ferrer/El Tribuno
