La inflación de febrero se perfila para alcanzar el 3,5% según las estimaciones de los privados. Así seguiría la traza del índice de enero que quebró la tendencia del último trimestre de 2018, cuando el Indice de Precios al Consumidor (IPC) había empezado a desacelerar. Para los analistas, la inflación seguirá en estos niveles al menos hasta mayo, cuando termine esta tanda de ajuste de tarifas.
Según la consultora Elypsis en febrero la inflación viene subiendo a un ritmo de 3,5% mensual. Mientras que la inflación anual –respecto a 12 meses atrás- se ubica en el 50,7%. “Enero fue complicado y febrero viene peor. Nosotros hacemos una medición semanal y nos da bastante más arriba de 3%”, indicó Federico Furiase, director de la consultora EcoGo. Para la consultora ACM en los próximos meses la inflación oscilará entre 2,5% y 3% por efecto de servicios, transporte y la segunda ronda, el impacto de las tarifas sobre los costos de la producción.
Las razones detrás del repunte de los precios son cinco:
Inercia
Los precios no suben únicamente por la situación actual, sino también por lo que ocurrió en los meses previos. En esta inercia influye que el traslado a precios de la devaluación del año pasado fue acotado, por lo que en 2019 los comerciantes buscan recuperar parte del margen perdido.
Para Furiase, «el hecho de que las paritarias, las jubilaciones y las tarifas se ajustan por lo que sucedió en el pasado genera una inercia que hace que el proceso de desaceleración de la inflación cueste más».
Según Camilo Tiscornia, de la consultora C&T, «los precios mayoristas estuvieron tranquilos en enero, -subieron 0,6% mientras los precios minoristas aumentaron 2,9%-. Ahora hay un tema de inercia y de expectativas. Hay un efecto de segunda ronda. El año pasado el dólar subió mucho y no hubo un pass through tan grande».
Alimentos
En enero los alimentos subieron 3,4%, por encima del índice general. Para ACM «Alimentos aún está impactada por el pasaje de la devaluación a precios. Alimentos y bebidas no alcohólicas registran un aumento interanual del 53,1%, 3,8 puntos porcentuales por encima de la inflación headline».
La consultora LCG detalla que la suba de alimentos de enero «duplicó la de diciembre«. Y detalla que «Alimentos explica buena parte de la aceleración de la inflación núcleo. El precio de la carne vacuna, con alta incidencia dentro del rubro, subió entre 6 y 7%, muy por encima del promedio. Sin dudas esto arrastrará un deterioro mayor de los indicadores de pobreza e indigencia».
Esa tendencia se estaría manteniendo en febrero. Según la consultora Elypsis, la variación semanal de alimentos en la segunda semana de febrero arrojo 1,5%, frente al 1,8% de la primera semana. “Carnes se desacelera pero aún se mantiene en registros elevados. Su variación semanal se ubicó en 2,7%, frente al 4,4% de la semana pasada. Mientras tanto, su variación mensual promedio se ubicó en 6.2%”, agregan.
Para Lorenzo Sigaut Gravina, «los datos de la primera quincena de febrero del IPC GBA de Ecolatina auguran subas significativas para las canastas este mes: Alimentos, con el precio de la carne vacuna trepando más del 10%, viene subiendo fuerte».
Tarifas
Las fuertes recomposiciones anunciadas por el Gobierno le ponen un piso elevado a la inflación. La Fundación Capital remarca que «la actualización de las tarifas de servicios públicos, que se desdobló para dosificar el impacto en varios meses, le sumaría alrededor de dos puntos a la inflación en los próximos meses».
Para Furiase, “sin tarifas, el nivel de inflación de corto plazo sería más bajo pero con un problema pateado para futuro, porque hoy la política de recomposición tarifaria tiene que ver con que el Gobierno tiene que bajar subsidios para bajar el déficit fiscal y recibir los préstamos del FMI porque el mercado internacional te cortó el crédito y no te presta”.
Los servicios públicos, según Econviews, ya representan el 10% del gasto de los hogares, contra el 3% que representaban en 2015. Los ajustes de tarifas de febrero -electricidad, colectivo y prepagas- tendrán una incidencia directa cercana a 1 punto porcentual sobre la inflación nacional y los de marzo de 0,8. Los ajustes de enero tuvieron una incidencia cercana a 0,6 puntos.
Para LCG, «es probable que los efectos de segunda vuelta a partir de la suba de las tarifas ya anunciadas impliquen una nueva aceleracióndel índice core en los próximos meses. Tampoco descartamos nuevos aumentos de las tarifas de servicios públicos, aunque asumimos que, en caso de aplicarse, se concentrarían post- elecciones. En este contexto, creemos que el Banco Central podría volver a ser más cauteloso al momento de relajar la política monetaria, lo que demoraría aún más la recuperación de la actividad».
4. Paritarias
A partir de diciembre comenzó a darse alguna recomposición salarial por efectos de la inflación de 2018. Esto, junto al impacto del aguinaldo, hizo que en algunos rubros de servicios no regulados los precios se ajustarán al alza para captar parte de la recomposición.
En enero, la inflación del rubro servicios fue de 3,5%, mientras que la de bienes fue de 2,6%. Según explicaron desde el Banco Central «la inflación de bienes suele ser más sensible al tipo de cambio mientras que que los servicios evolucionan influenciados por los salarios, luego de la recomposición de ingresos de diciembre».
Según Ecolatina, «hacia abril comenzará la temporada alta de las negociaciones paritarias, en las cuales los trabajadores intentarán recomponer el poder adquisitivo perdido el año pasado. Los aumentos salariales que surjan de las mismas también impondrán presiones sobre los costos de las empresas impulsando, en particular, los precios de los servicios privados».
5. Las variaciones del dólar
Después de haber estado quieto en enero, el dólar se despertó en febrero a partir de que el Central bajara las tasas. Si bien la divisa está subiendo al ritmo de la inflación, cualquier movimiento brusco despierta temores atávicos de que se esté cocinando una nueva escalada.
Para Ecolatina, «la estabilidad del dólar será clave para que no haya otra disparada en los precios. La elevada tasa de interés de las Leliq ancló las expectativas de devaluación, convirtiendo a la estabilidad cambiaria en la herramienta de política monetaria más efectiva. Al calmar el precio de la divisa (tanto su cotización spot como futura), la desaceleración de los precios se dio de forma simultánea al recorte de tasas de interés nominales y reales».
Sin embargo, la consultora indica que «el calendario electoral podría ejercer nuevas presiones cambiarias, producto de una mayor dolarización de carteras». Para Ramiro Castiñeira, de Econométrica, «las proyecciones de inflación del segundo semestre están en torno al 2%, pero eso está a la expectativa de que el Central modere su ritmo de creación de dinero. No se trata sólo de que deje de financiar al Tesoro, sino también que deje de emitir para comprar dólares y sostener la cotización. Hay que tener en cuenta que solo la emisión de dinero para el pago de las Leliq le pone un piso de entre 1,5% y 2% mensual a la inflación».
Fuente: Clarín