Dicen que la muerte es el olvido y si esto es así, en Pichanal (Salta) mataron dos veces a nuestros héroes de Malvinas. Ayer, al recordarse un nuevo aniversario del desembarco de 1982, no hubo homenajes ni actos oficiales. Solo la actitud de un hombre salvó del olvido y la desidia, a la memoria de quienes defendieron con honor el suelo soberano.
Es así que Gustavo García tomó una bandera argentina y en la plaza principal de Pichanal cantó el himno e izó la insignia patria. Alguna lágrima rodó por su mejilla, tanto por el recuerdo de la guerra pasada, como por la indiferencia política actual.
Pero eso no le importó y así se lo vio en la plaza del pueblo, solito, con un chaleco alegórico, la bandera entre sus manos y un orgullo contagiante que contrastaba con lo íntimo de un homenaje sincero y humilde.
Gustavo es uno de los seis soldados de Pichanal que estuvieron en combate y que defendieron nuestro suelo con valentía, con el frío y la soledad malvinense en contra. Otros fríos y otras soledades tuvo que vencer Gustavo ayer, cuando los recuerdos llegaron a su mente mientras izaba la bandera en el despintado mástil de la plaza.
Es de suponer que el «olvido» oficial del intendente Jalit tuvo que ver con cuestiones más urgentes, como el aniversario del pueblo y los festejos que se preparan para ello. Pero recordar a nuestros héroes con un pequeño mensaje que los aleje del olvido, no solo es un acto de estricta justicia, sino también una demostración de que realmente se es «inteligente».
El Tribuno