«No es la primera vez que lo hace, en otras oportunidades anduvo igual o peor». Una de las declaraciones que los efectivos de Salvador Mazza levantaron para certificar en una acta hace alusión al lamentable estado de ebriedad que tenía el agente D.B. a bordo de un vehículo y realizando tiros con su arma reglamentaria. La grave situación ocurrió en la madrugada del miércoles en una de las intersecciones del barrio Ferroviario.
El agente D.B., quien presta servicio en la División Seguridad Urbana de Tartagal, fue detenido a pedido de la Fiscalía Penal norteña, a cargo del doctor Armando Cazón, y deberá comparecer ante la Justicia. A más de una persona le llamó la atención el lamentable estado de ebriedad en que estaba el uniformado, «lo que más llamaba la atención eran sus ojos, totalmente desorbitados», expuso una de las denunciantes.
Al menos tres disparos efectuó D.B. mientras se trasladaba en un Volkswagen color gris, en la intersección de calles San Martín y Catamarca del mencionado barrio. Una joven a bordo de una motocicleta, sobre San Martín, salió a toda velocidad cuando observó que el uniformado apuntaba directamente contra ella. Sin entender muy bien la situación pero aterrada por haber sido apuntada, puso en marcha el rodado y se fue.
Según efectivos que trabajaron en el lugar levantando testimonios y pruebas, se observó que el hombre sacó su brazo por la ventanilla y efectuó dos tiros, presuntamente al aire. Siguió su recorrido con dirección a su domicilio, en el barrio Ferroviario, y también habría intercambiado insultos con un grupo de jóvenes que estaban en una esquina. Antes de llegar a su casa el agente habría realizado un tercer disparo, mientras tanto vecinos ya habían alertado al 911 acerca del suceso.
Amenazas y detención
El andar cansino del agente quizás influyó para que demorara una eternidad para llegar hasta la puerta de su domicilio. En el transcurso, un patrullero con algunos de sus colegas llegaron tras ser alertados. D.B. fuera de sí se puso hostil y comenzó a discutir con ellos. A pesar de su resistencia, sus camaradas lo subieron al patrullero y lo trasladaron hasta la sede policial.
Seguía con sus violentos gestos y amenazante en todo momento. «Te conozco de oficial principal, ¿quién te crees que sos? Te voy a denunciar y vas a quedar sin laburo. No sabés con quién te metiste», vociferaba el policía que había sido demorado. Personal de la División Vial se hizo presente para realizar el test de alcoholemia. Sus compañeros siguieron con el trabajo administrativo y la detención del mismo.
El policía borracho -más de 3 grados centígrados de alcohol cada litro de sangre- constituyó un auténtico peligro para los todos ciudadanos, a bordo de un auto y realizando disparos con su arma reglamentaria. Hasta el momento de su detención y traslado, el hecho paralizó a más de un transeúnte en Salvador Mazza.
Secuestraron la pistola automática 9mm
Después de insultar prácticamente a todos sus colegas, el agente de la División Seguridad Urbana de Tartagal fue trasladado hasta la dependencia. Mientras el resto seguía trabajando en el lugar, uno de ellos logró que la pareja de D.B. lo atendiera. La mujer accedió a abrir el VW Gol color gris. El policía podría recibir hasta tres años de prisión.
En el interior del rodado se encontraba el arma reglamentaria. Se trata de una pistola automática 9mm que contenía cuatro cartuchos, uno en la recámara listo para ser ejecutado. Un elemento de suma importancia para el análisis de las pruebas en la causa.
“Lo más grave de todo son los comportamientos de funcionarios policiales, el alcohol y la droga afecta seriamente la conducta de las personas. Hay que profundizar su prevención para evitar males mayores en la sociedad. Además de andar ebrio y haciendo tiros con su arma reglamentaria, conducía con un alto grado de alcohol en sangre, de milagro no atropelló a una persona”, le dijo a El Tribuno el fiscal penal de Salvador Mazza, Armando Cazón.
El Tribuno