Roman Polanski, de 85 años, decidió llevar su caso a la justicia porque considera que no le dieron la oportunidad de explicarse. La Academia de las Artes y las Ciencias del Cine deberá por lo tanto explicar en los tribunales los motivos por los cuales decidió, en mayo pasado, excluir a Roman Polanski, al mismo tiempo que al actor Bill Cosby, condenado por agresión sexual.
El cineasta, célebre por films como El Bebé de Rosemary, El baile de los vampiros, Repulsión, Chinatown y El Pianista, entre muchos otros, presentó un recurso ante la justicia según informó su abogado Harlan Braun a la Agencia France-Presse. La decisión de la Academia le había sido comunicada por carta el mismo día en que fue tomada, el 3 de mayo de 2018, «con efecto inmediato», por el Consejo que dirige la entidad, formado por 54 miembros.
Polanski se quejó por la falta de «preaviso razonable» que debería preceder toda medida de expulsión y de «una oportunidad razonable de hacerse oír». Pero la Academia replicó que se habían seguido las nuevas normas de buena conducta adoptadas luego de la oleada de denuncias contra el productor Harvey Weinstein por acoso sexual.
El 26 de enero pasado, el consejo de la Academia se reunió para confirmar esta decisión. «Los procedimientos seguidos para expulsar al señor Polanski fueron equitativos y razonables. La Academia defiende una decisión apropiada», dijo ahora un vocero de la organización, tras conocerse la denuncia de Polanski.
El director había dejado los Estados Unidos para radicarse en Francia luego de declararse culpable de corrupción de menores por haber mantenido relaciones sexuales con una adolescente, Samantha Geimer, de 13 años, en 1977. Posteriormente, y en varias oportunidades, la mujer expresó que ya había perdonado a Polanski y ahora se manifestó de acuerdo con él en su demanda contra la Academia.
La organización que otorga los premios Oscar cuenta con unos 7000 miembros en la actualidad. Lo llamativo es que, casi al mismo tiempo que decidía expulsar a Polanski, la Academia invitaba a la esposa del director, la actriz francesa Emmanuelle Seigner, a sumarse a sus filas.
Esto motivó una carta de la artista acusando a sus directivos de «amnesia» e «hipocresía».
Seigner, protagonista del último film de su marido, Basado en hechos reales, había publicado una carta abierta en los diarios franceses para explicar su rechazo a ingresar en la Academia que acababa de expulsar a su marido.
«La Academia propone que me le una -escribió-, en compañía de otras actrices, en nombre de una feminización que por otra parte considero necesaria. ¿Quién puede pensar que no me concierne la igualdad de las mujeres y los hombres?»
«Feminista he sido siempre, pero ¿cómo fingir que ignoro que la Academia, hace unas semanas, expulsó a mi marido, Roman Polanski, para satisfacer los tiempos que corren? La propia Academia lo había recompensado con el Oscar al Mejor Director por El Pianista en 2003. ¡Curiosa amnesia!», agregaba.
«Esta Academia probablemente piensa que soy una actriz lo suficientemente arribista, sin personalidad, como para olvidar que estoy casada desde hace 29 años con uno de los más grandes directores de cine. Lo amo, es mi esposo, el padre de mis hijos. Lo arrojan como paria y académicos invisibles piensan que yo podría ‘subir los peldaños de la gloria’ a sus espaldas… ¡qué insoportable hipocresía!», escribió Seigner en su carta abierta.
Por último, aseguró que sólo ella podía dar testimonio de «hasta qué punto» su esposo «lamenta lo sucedido hace 40 años», y que Roman Polanski «no es para nada esa caricatura machista» que se presenta de él.
Los hechos por los que la justicia estadounidense todavía persigue a Polanski tuvieron lugar en los meses posteriores al duelo del director de cine por el asesinato de su primera esposa, Sharon Tate, embarazada, en agosto de 1969.
Fuente: Infobae