Tras varias idas y vueltas, una visita suspendida y varios cruces, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó hoy al Reino Unido en su primera visita como mandatario y ya generó la primera tensión, al criticar al alcalde de Londres, de quien se había distanciado en varias oportunidades.
Antes de que el Air Force One aterrizara al norte de la capital británica, el republicano arremetió en Twitter contra Sadiq Khan, que gobierna la ciudad donde se alojará Trump dos noches, y dijo que era «un perdedor».
En sus tuits, Trump afirmó además que Kahn «se mire como se mire, ha hecho un trabajo terrible como alcalde de Londres» y había sido «tontamente desagradable con el presidente de los Estados Unidos, el aliado más importante de Reino Unido». También lo tachó de ser «un perdedor que debería centrarse en la delincuencia en Londres».
Los comentarios llegaron después de que el alcalde afirmara en una columna en un diario que Trump no merecía ser recibido con alfombras rojas en Gran Bretaña y que era «uno de los ejemplos más escandalosos de una creciente amenaza global» de la ultraderecha hacia la democracia progresista. Incluso comparó el lenguaje de Trump con el de «los fascistas del siglo XX», poniéndolo en el mismo grupo que los extremistas europeos Viktor Orban en Hungría, Matteo Salvini en Italia, Marine Le Pen en Francia y Nigel Farage en el Reino Unido.
Tensión
La tensión entre Trump y Khan, un musulmán que está en el gobierno de Londres desde mayo de 2016, comenzó antes de que el estadounidense llegara a la Casa Blanca. Durante su campaña, el alcalde lo había criticado y le había dicho a la revista Time que, debido a su religión, el exmagnate le impediría ir a los Estados Unidos bajo su propuesta de vetar el ingreso a gran parte de los musulmanes.
Trump llegó hoy al Reino Unido para una visita principalmente ceremonial, con el objetivo de estrechar los lazos entre los dos países. Junto a la primera dama Melania, el presidente se subió el Marine One, el helicóptero presidencial, para ir del aeropuerto de Stansted al centro de la capital británica.
La agenda del viaje incluye una visita de Estado, una audiencia con la reina Isabel II en Londres, un banquete, ceremonias de recuerdo del Desembarco de Normandía a ambos lados del Canal de La Mancha y la primera visita presidencial a Irlanda, que incluirá una estancia en su club de golf.
Críticas al Brexit
Sin embargo, debajo de todo lo ceremonial hay incomodidad: la primera ministra británica, Theresa May, debe dejar oficialmente el cargo el viernes, derrotada por su incapacidad para llevar a cabo un Brexit decidido por referéndum en 2016 pero aplazado ya dos veces, ahora hasta el 31 de octubre.
En entrevistas con la prensa antes de su llegada, Trump fustigó el modo en que la líder conservadora llevó a cabo las negociaciones con Bruselas, recomendó a su sucesor que abandone la Unión Europea bruscamente sin un acuerdo y eligió al exministro de Relaciones Exteriores, Boris Johnson, como su favorito para dirigir el país.
El estadounidense alabó al extremista Farage, líder del Partido del Brexit, gran vencedor la semana pasada en las elecciones europeas en el Reino Unido. En el avión que lo llevaba a Londres incluso afirmó que «podría reunirse» con ambos políticos, con quien dijo tener «muy buenas relaciones».
Asimismo, dejó entrever que si el país por fin abandona la Unión Europea, EE.UU. podría convertirse en un aliado aún más cercano. «Tenemos el potencial de ser un socio comercial increíble para Reino Unido», afirmó antes de partir de Washington y aseguró estar dispuesto a negociar rápidamente un acuerdo de libre comercio.
Fuente: La Nación