Si se lo analiza desde el punto de vista de la productividad, los proyectos para suspender las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias que impulsa el oficialismo en Diputados y el Senado pueden ser una buena excusa para que los legisladores nacionales vuelvan al Congreso: hace más de un mes que no hay sesión en ninguna de las cámaras.
Las últimas reuniones fueron el 15 y 22 de mayo, para tratar un único proyecto: la ley de financiamiento de partidos políticos. Primero pasó el filtro de Diputados y una semana más tarde viajó al Senado. Desde entonces, nada. Y hasta entonces, poco.
La Cámara baja contabiliza este año apenas cuatro reuniones, más la Asamblea del 1° de marzo, cuando el presidente Mauricio Macri dio inicio al año parlamentario. Del resto de las sesiones, una (el 10 de abril) fue informativa, para escuchar al jefe de Gabinete, Marcos Peña. No se votaron proyectos. Otra fue pedida por la oposición, el 4 de abril, para retrotraer los aumentos de tarifas y eximir de Ganancias a los jubilados y pensionados. Pero ambas iniciativas quedaron en deseo, porque el oficialismo hizo valer su peso en el recinto y las frenó.
Del par de sesiones que queda, una fue la especial del 15 de mayo ya mencionada. Es decir, desde marzo, en Diputados hubo una sola sesión ordinaria para votar varios proyectos. En total se aprobaron 21. La mayoría, declarativos. Según consta en los registros oficiales, las votaciones arrancaron aquel 24 de abril a las 17.21, para declarar el 21 de agosto como «Día de las Futbolistas Argentinas». También se declaró el 21 de mayo como «Día Nacional del donante voluntario de plasma» y el 14 de marzo «Día Nacional de la endometriosis y marzo amarillo».
Si se cumple con lo previsto, Diputados volverá a juntarse este miércoles, en otra sesión especial. Según adelantó el sitio Parlamentario, será para aprobar el nombramiento de Marisa Graham. También se sancionará la creación de un fondo para víctimas de trata.
Lo del Senado fue apenas más activo. Arrancaron su año el 27 de febrero, en la sesión preparatoria para definir cargos. Allí lo más saliente fue un discurso de Cristina Kirchner, pero no para impulsar proyectos, sino para pegarles a la Justicia y las presuntas extorsiones del falso abogado Marcelo D’Alessio.
Luego participaron de la Asamblea legislativa, el 1° de marzo, y escucharon un par de informes de Peña, a fines de ese mes y en mayo. El 22 de ese mes, como se citó, tuvieron su último cónclave para votar la ley de financiamiento de partidos.
La razón de la parálisis es combinada. El año electoral suele ser históricamente de baja actividad, aunque este se encamina a un récord. Para esta misma altura del año, pero en 2017, también año de elecciones, los diputados ya habían tenido 11 sesiones, más del doble que ahora.
Muchos legisladores no sólo hacen campaña para renovar sus bancas, sino que algunos tienen previas para candidatearse como gobernadores en sus provincias. Un ejemplo de doblete es el radical cordobés Mario Negri, jefe del interbloque de Cambiemos en la Cámara baja.
En la inactividad también influye la distribución de fuerzas. El oficialismo no tiene mayoría, la oposición está dividida y por eso resulta muy difícil encontrar consensos, sobre todo cuando los proyectos son utilizados como insumo de campaña. Eso explica algunas sesiones especiales que terminan fracasando y sólo se convierten en una caja de resonancia discursiva.
Algo de movimiento hubo, sí, en comisiones especiales. Que también fueron utilizadas como medios de difusión política: por ejemplo, cuando a mediados de marzo, el kirchnerismo citó a la Comisión Bicameral de Inteligencia al juez de Dolores Alejo Ramos Padilla. Es el que tiene la causa del falso abogado D’Alessio. El mismo que mencionó Cristina en su primer discurso parlamentario del año.
Eduardo Paladín/Clarín
