Con 83 años, Isabel Martinotti sorprendió a Santiago del Moro en ¿Quién quiere ser millonario?, por Telefe, al confesar que es una «abuela gamer». La mujer llegó al programa de preguntas y respuestas junto a su nieto, Germán, a quien definió como su «mánager». Y contó que quería ganar el dinero que estaba en juego para poder comprarse la PlayStation 5.
Según explicó el conductor, muchos jóvenes van a verla a su casa porque no pueden creer que sea «adicta a la Play», y que hasta se anime a jugar en red. Pero, después de contar su historia de vida, la abuela dejó en claro que ahora, que por fin tiene tiempo libre, elige dedicárselo de lleno a su nieto y a su entretenimiento favorito.
«Yo entré a trabajar en la DGI a los 19 años. 38 años trabajé ahí. Y me jubilé. También trabajé en la Facultad de Ciencias Económicas haciendo horas extras. Y había una compañera que instalaba las máquinas de IBM, así que ahí fui a ayudar también», contó Isabel, que llegó a despertarse a las cinco de la madrugada para volver a su casa pasada la medianoche.
Viuda desde el año 1986, la abuela contó que tenía que trabajar para poder mantener a su familia. Y que nunca más rehizo su vida. «Tuve pretendientes, pero lo que pasaba era que se querían casar al segundo día de conocerme. Debo de ser muy buena, ¿eh?», bromeó la mujer.
A medida que avanzaba el juego, Isabel explicó que el dinero que iba sumando le venía bien «para la casa», ya que una semana atrás su nieto se había quedado sin trabajo. Y contó que el joven había vivido con ella toda la vida, ya que cuando su madre se mudó con su nueva pareja él no quiso abandonar a su abuela. «A la mañana le sirvo el desayuno en la cama, después lo espero para almorzar y, a la noche, le sirvo la cena en la cama también», relató la mujer.
¿Si el joven le lleva novias a su casa? «¡Sí! ¡¿Pero qué novia se lo va a llevar, si él quiere que le hagan todo?!», exclamó Isabel. Y contó que una de ellas le había advertido: «Yo a tu abuela no me la llevo».
Finalmente, después de dejar en claro el vínculo que la une a su nieto, Isabel explicó que se inició jugando a la Play para poder tener algo en común con el joven, que de chico era reservado y no compartía nada de lo que le pasaba. «Él me empezó a tomar como si fuera un amigo y comenzó a contarme todo lo que pasaba en el colegio. Y después yo empecé a fanatizarme con los jueguitos», confesó la abuela, que se despidió del programa con 300 mil pesos de premio.