«¡Qué lindo estar acá de vuelta! Es mi visita número 12 en tan solo 3 años y medio como presidente, pero es un regalo que me hago yo, porque es una de las provincias más lindas de la Argentina, sin dudas», dijo Mauricio Macri al inicio de su discurso light de menos de 5 minutos en el que no hubo críticas al kirchnerismo, en la inauguración de un tramo de la Ruta Nacional 40, en Mendoza.
La última visita del Presidente a esa provincia había sido en septiembre del año pasado, hace casi un año, en un encuentro vinculado al G20 en vísperas de la cumbre de principios de diciembre en Buenos Aires.
El jefe de Estado destacó la importancia de la obra para Mendoza para el transporte, ya que allí se «producen cosas valiosas como la ciruela, la cereza y el ajo» e hizo referencia al acuerdo entre la Unión Europea y el Mercosur: «Hoy más que nunca, con más de 200 mercados abiertos en el mundo, queremos estar conectados, que todos los mendocinos y el país estén conectados en el mundo».
«Estas obras son las bases sobre las cuales estamos listos para crecer en los próximos 20 años. Estamos haciendo obras y rutas como no se hacía hace 65 años», completó.
El vínculo entre Macri y el gobernador Alfredo Cornejo, que lo precedió en la palabra, se había deteriorado desde el año pasado mucho más de lo habitual, en una relación que estuvo siempre signada por desconfianzas mutuas.
Cornejo había sido desde el año pasado uno de los principales críticos internos del programa económico implementado por Macri y su jefe de ministros, Marcos Peña, y ejecutado por Nicolás Dujovne. Fue, en ese sentido, uno de los grandes críticos de los aumentos de tarifas de los servicios públicos, una posición que irritó a la Casa Rosada.
Desde aquel momento, la tensión entre ambas partes fue de menor a mayor: primero fue la gestión, después la puja de parte de la UCR por obtener mayores lugares de cara a las negociaciones electorales y, por último, la interna local.
Después del verano, el gobernador anunció, tras consensuar con la Casa Rosada, que desdoblaba el calendario provincial -se votará entre las PASO y las generales de octubre-, al igual que Gerardo Morales, que ya fue reelecto.
A Cornejo no le cayó nada bien que el PRO mantuviera a Omar de Marchi en la interna con Rodolfo Suárez, el delfín del mandatario que se impuso en las internas del mes pasado.
Después de ese triunfo interno en las primarias locales, Cornejo se embanderó detrás de otra dura puja: la de batallar por la presidencia de la Cámara de Diputados en caso de que Macri obtenga la reelección, un lugar que la Casa Rosada no estuvo dispuesta a ceder y que ya estaba acordado para Cristian Ritondo, primer candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, tras un pacto entre el Presidente y María Eugenia Vidal.
Antes de eso, Cornejo había encabezado un durísimo cierre en la convención nacional de la UCR de fines de mayo, en momentos en que todavía se discutía al candidato a compañero de fórmula de Macri. El gobernador incluso habló de «extorsión» por parte del jefe de Estado.
Fue el último capítulo de un vínculo atravesado por cortocircuitos que ahora, en campaña, parece haberse encarrilado.
Desde el Gobierno aclararon, de todos modos, que el desembarco del Presidente fue por temas de gestión y no de campaña: lo hizo en el Tango 04, uno de los aviones de la flota oficial.
Después de esa inauguración, Macri tenía previsto visitar las empresas ENERGE e IMPSA. El martes, en tanto, inaugurará el Metrobús del municipio de San Martín, en el corazón del conurbano bonaerense. Y el miércoles estará en Santa Fe, en la cumbre del Mercosur.