Murió el músico Rodolfo Zapata

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Rodolfo Zapata

Hoy la música popular argentina está despidiendo a uno de los integrantes que supo provocar una sonrisa desde la picardía que se esconde en un humor que, en un principio, asoma como ingenuo. Porque este jueves 1 de agosto murió a los 87 años el guitarrista Rodolfo Zapata. El mismo que decía que su función era muy simple: «llevar alegría a todos», y especialmente «en momentos duros, donde no se la pasa bien».

Nacido en el barrio porteño de Nueva Pompeya el 10 de mayo 1932, el cantante de folclore instaló en el imaginario colectivo la canción «No vamo’ a trabajar», que lanzó en los 60. Tocó sus primeros acordes en la guitarra a los 10 años, acompañado por su papá, y desde entonces se preparó para formarse como un artista multifacético: estudió guitarra clásica, folclore, dibujo y hasta danza. «Lo mío no fue una cosa improvisada, sino de toda la vida», solía decir.

Siempre contó que fue su padre quien lo formó y guió, tanto en la vida como en su carrera, al brindarle las mejores lecciones. «Me decía que me iban a aplaudir del carnicero y el almacenero, pero que yo también iba a necesitar al carnicero y al almacenero -recordaba Rodolfo-. Y repetía una mil meses que la fama es puro cuento. Que si algún día ganaba dinero, lo guardara. Y que el público siempre merece un autógrafo y un abrazo«.
Egresado del Conservatorio Nacional de Música y Arte Escénico, Zapata inició su extensa trayectoria a los 14 años, al debutar en la compañía teatral de los actores Olinda Bozán y Francisco Álvarez. En 1949 participó de la película Crisol de hombres, con Fernando Siro y Alberto Anchart, entre otros. Y si bien siempre estuvo vinculado con la canción, recién en 1962 ingresó a un estudio para grabar por primera vez: lo hizo con el tema humorístico «La Gorda». Para 1965 ya tenía tres discos: La GordaNo vamo’ a trabajar Regalito. El suceso lo llevó a presentarse en distintos países, llegando incluso a los Estados Unidos.

En su último cumpleaños brindó una entrevista muy especial: se la concedió Crónica TV, en diálogo con Santo Biasatti y Amira Hidalgo, nada menos que su nieta, quien no pudo evitar las lágrimas. «Es mi papá -dijo Amira-. Me acompañó desde chiquita, siempre».

Fuente: Infobae

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