Denuncia por racismo en bares y boliches de Necochea: “Las personas negras tienen prohibida la entrada”

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Marioska (24) y Mariangel (27) Fabian Nuñez llegaron a la Argentina en 2005. Se instalaron en Necochea junto a su mamá, que estaba en pareja con un vecino de esa ciudad. Dominicanas, afrodescendientes, sufrieron durante años decenas de episodios de racismo «como cualquier persona negra que vive en el país».

Los hechos más graves de discriminación empezaron durante su adolescencia, con las primeras salidas de noche: según denunciaron en varios posteos que se viralizaron en Instagram, el dueño de la mayoría de los bares y boliches de la ciudad prohíbe la entrada de personas negras a sus locales.

Las hermanas, que ahora viven en Buenos Aires y trabajan como modelos, hicieron foco en una secuencia que vivieron durante el último verano, cuando volvieron a su ciudad a visitar a su familia y quisieron ir a tomar algo con amigos a la cervecería Antares.

«En la entrada el seguridad nos dijo que no podíamos entrar porque el dueño había dado una orden directa para no dejar ingresar a personas negras. Eso me partió el alma. Ya hacía dos años nos habíamos ido a Capital justamente porque toda nuestra adolescencia nos pasaban ese tipo de cosas», escribió Marioska.

La modelo acompañó el posteo con un audio que grabó a escondidas para dejar registro de la conversación, en el que se escucha al patovica del bar decir que el dueño «no quería que entraran dominicanos o coso (sic)» y que necesitaban una «invitación» para poder pasar, algo que no le exigen a personas blancas.

En diálogo con Clarín, Mariangel dijo que el propietario de la cervecería, Fabián «Bocha» Cuello, «tiene una especie de monopolio en los negocios nocturnos de Necochea» ya que también es dueño de Etiopía y Sahara, dos de los boliches más populares de la ciudad.

«Siempre me volvía llorando. Son cosas que nos marcaron un montón. Dejamos de salir porque no teníamos lugar al que ir por nuestro color. Ya no vivimos más ahí pero la comunidad negra se lo tiene que seguir aguantando», se lamentó.

La denuncia se viralizó en pocas horas y generó una respuesta del dueño de la marca Antares, de Mar del Plata, que se contactó personalmente con las hermanas y les dijo que iban a redactar unas disculpas públicas -luego la publicaron en redes- y que «iban a intentar convencer» a Cuello, propietario de la franquicia en Necochea, para que cambiara su postura.

La respuesta de la marca, en Instagram.

La respuesta de la marca, en Instagram.

Mariangel aseguró también que hicieron denuncias en organismos públicos, pero que no recibieron la ayuda que esperaban. «En la Defensoría del Pueblo me dijeron que el tipo este (Cuello) tenía muchísimo poder y que no iba a lograr nada. Y en el Inadi nos dijeron que se iban a comunicar con esta persona para que nos pidiera disculpas, pero nunca pasó. Además, el Inadi no tiene función sancionatoria», explicó.

Más allá de que en Buenos Aires no sufren episodios tan explícitos y violentos de discriminación, Mariangel afirmó que el racismo en la Argentina «está tan naturalizado que la gente no lo ve».

Y explicó: «Estamos luchando contra algo que la gente cree que no existe. El racismo en la Argentina es estructural y todo el sistema está empapado. Un ejemplo es el lenguaje. En la televisión abierta se habla de negros de mierda, de trabajar como negro, de trabajar como esclavo. Incluso los políticos hablan de trabajo en negro. Son microracismos súper dolorosos para nosotros. Todo el tiempo te recuerdan que eres ‘el otro’. Yo, como modelo, veo todo el tiempo la diferencia abismal en el trato y los estereotipos de belleza. Y también están los prejuicios raciales, como el de la prostitución».

Sebastian Lozano/Clarín

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