Las fuertes contradicciones de Jonathan Fabbro en el juicio por violar y corromper a su ahijada

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Faltaban pocos minutos para las 9 de la mañana del jueves cuando el ex futbolista Jonathan Fabbro ingresó a la sala del Tribunal Oral Criminal N°12 en donde se lo juzga por supuestamente haber violado a su ahijada desde que la menor tenía 6 años hasta los 11, bajo la acusación de cinco hechos de abuso sexual con acceso carnal agravado y corrupción de menores.

Vestido con jeans rotos a la moda, remera negra y buzo gris de marca, el ex Boca y River escuchó durante casi 10 horas los alegatos de las partes y sus pedidos de pena: 24 años pedidos por el abogado querellante Gastón Marano, 12 años requeridos por el fiscal Gustavo Gerlero.

Pero, además, Fabbro habló. Contó su versión de los hechos y respondió todas las preguntas que le hicieron: su defensa había pedido que lo hiciera ese día.

Visiblemente nervioso e incómodo con la situación, el futbolista preso desde hace más de un año en penales federales como Ezeiza y Marcos Paz se defendió y, por momentos, hasta se puso en el papel de víctima.

Si bien las audiencias en la sala del TOC N°12 en la calle Lavalle son restringidas a la prensa y al público en general dada la edad de la víctima y la naturaleza de  la imputación, Infobae logró reconstruir en base a fuentes judiciales la declaración del jugador.

«No encuentro explicación alguna a esta denuncia. No sé porque me la están haciendo a mí», comenzó el ex Boca frente a los jueces jueces Luis Oscar Márquez, Claudia Moscato y Darío Medina, el fiscal y los abogados de las partes pero también ante su familia. En realidad ante parte de ella. En el recinto estaban presentes su hermana Anabel y su madre Martha Zabala, que habían declarado como testigos a su favor la semana anterior. Ambas están de su lado y creyeron desde un primero momento en su inocencia. La menor tuvo que defenderse de ellas. Logró un bozal legal para impedir que Anabel Fabbro y la madre del jugador la mencionaran. La medida, originada en la Justicia civil, alcanzó también a Larissa Riquelme, novia del jugador.

En relación puntual a los hechos de que se lo acusan, Fabbro reconoció que solía estar en los mismos lugares donde estaba la nena: «Es verdad que frecuentábamos los mismo sitios pero también es cierto que nunca me quedaba sólo con ella», aseguró. Además negó que hablará con su ahijada por celular: «Ese teléfono hacía 3 años que no lo usaba. Además nunca hablaba ni chateaba con ella».

Por otra parte, existen chats de WhatsApp que fueron parte de la instrucción de la causa que fueron entregados por la familia de la menor en donde el jugador le pide «fotos». «Perdón pero me parece que no da», le respondió la menor.

El entorno de Fabbro aseveró, por ejemplo, que los chats en donde el jugador le pide fotos a la niña serían falsos, una fabricación. Los chats fueron efectivamente  borrados del teléfono de la menor, un iPhone; lo que se entregó a la Justicia fueron capturas de pantalla. El número de teléfono fue reconocido por Fabbro: Larissa Riquelme y su hermana Anabel afirmaron según el procesamiento contra el jugador firmado por el juez Santiago Quian Zavalía que el número era empleado para comunicaciones vía WhatsApp. Un perito del área de Cibercrimen de la Policía de la Ciudad afirmó que las capturas fueron originadas en el teléfono de la menor peritado a través de un rastreo en las rutas de memoria del aparato, con una secuencia de guardado que validaba el planteo.

En otro tramo de la declaración Fabbro se refirió, específicamente, al fragmento de la declaración de la nena en la que dice haber sido abusada dentro del auto del futbolista. Esto surgió en base a lo que la menor contó en cámara Gesell el 8 de agosto del 2017. En esa oportunidad la chica refirió que Fabbro la habría manoseado, penetrado con sus dedos y hasta eyaculado dentro de su boca en el interior del vehículo.

«Lo del auto no puede ser verdad porque ese coche lo compré en 2013 para que lo use toda la familia. Estaba a disposición de todos. Además a mí no me gusta manejar siempre lo hacía otro así que no puede ser. A mí me gusta usar chofer por eso es imposible», se defendió.

La menor había precisado en su declaración, ante los profesionales psicológicos del Cuerpo Médico Forense, que la violación dentro del auto se había producido en un viaje que había realizado los dos solos al aeropuerto de Ezeiza con el objetivo de buscar una valija que Fabbro había extraviado. También sobre esa cuestión, el acusado intentó defenderse. «Eso es imposible. Por el simple hecho de que yo jamás despacho valijas. Entonces no es posible que haya perdido alguna», aseguró.

A pesar de los dichos de Fabbro, en el expediente figuran informes de distintas aerolíneas que indican que durante el periodo que se investiga, el ex Cerro Porteño despachó equipaje al menos en seis oportunidades.

En rigor, esta es la segunda vez que Fabbro declara con respecto a esta denuncia. La primera indagatoria fue en la etapa de instrucción frente al juez que llevó el caso, Santiago Quian Zavalía. El jugador declaró tras ser extraditado desde México, meses después de que Interpol lo capturara en un hotel de Cholula.Fabbro estaba en territorio azteca tras haber jugado en su último club, el Lobos de Puebla.

En esa oportunidad, el jugador había utilizado como argumento de defensa el tamaño de su pene: «Cuando se le pregunta a la nena qué le sorprendió o le llamó la atención cuando vio mi cuerpo desnudo y dijo que nada, sí que ver un hombre desnudo pero nada específico, no quiero sonar soberbio ni nada, por eso digo si me quieren hacer estudios o analizar, me da vergüenza por las mujeres del Juzgado presentes pero creo que mi miembro no es normal o lo que se le dice normal, sí es un poco más grande de lo normal», aseguro en ese momento.

El querellante Gastón Marano se refirió a este punto en la declaración de Fabbro en el juicio: «¿Qué quiso decir cuando se refirió al tamaño de su miembro?», le consultó el penalista. Fabbro primero intentó evadir la respuesta pero finalmente lo aclaró: «En realidad lo de hablar del tamaño fue una estrategia».

El acusado no fue el único que habló de ese tema durante los meses que duró la investigación. El entorno más cercano a Fabbro, esgrimía esa cuestión como argumento en conversaciones y reuniones extraoficiales con varios periodistas con una mezcla de orgullo y defensa del acusado. En esos mismo encuentros, se mostraban fotos de distintas cuentas de Instagram de amigos de la menor entre botellas de alcohol en la casa de ella, quizás en un intento de desacreditar la acusación.

En mayo de 2018 un documento que sería parte de la causa comenzó a circular por Twitter. Era una pericia ginecológica, supuestamente parte de la causa que investiga al futbolista, una pericia realizada a la ahijada de Fabbro misma. El papel legal abonaba un postulado largamente sostenido por ex defensores de Fabbro, aseguraba que la niña no presentaba lesiones ginecológicas, porque no habría sido penetrada. Es un planteo curioso: el juez Quian Zavalía no le imputa actualmente ninguna penetración vaginal al ex River y Boca. La confirmación del procesamiento de la Sala VII, con los votos de los jueces Scotto y Lucini, ratificó a la penetración oral como un acceso carnal.

Tras la indagatoria, Infobae reveló que dentro de las pruebas que había presentado la defensa de Fabbro durante la instrucción había menciones de conversaciones vía Instagram que supuestos fans del futbolista, que se hacían pasar por otras personas, habrían tenido con la menor con el objetivo de sacarle información. En esas comunicaciones, supuestamente, la nena confesaba que la denuncia era mentira.

El juez Quian Zavalía desacreditó esa prueba de manera contundente y habló de «comportamientos reprochables desde la vulneración de la intimidad de la joven e intentos para su manipulación mediante el uso de las redes sociales».

En la audiencia del jueves pasado, Fabbro volvió a insistir en este punto y reafirmó que las conversaciones existieron y que hubo gente adulta que se comunicó con la menor aunque aclaró: «Yo en ningún momento les pedí que lo hicieran».

Antes de finalizar su declaración, Fabbro respondió una última pregunta. El cuestionamiento fue concreto: «¿Respecto de su ahijada, se arrepiente de algo?»El ex futbolista lo pensó, meditó por unos segundos mirando el piso, luego levantó la cabeza y dijo: «Si. Me arrepiento de no haber sido un padrino más presente».

Luego de cuatro largas audiencias, en la que algunas llegaron a durar hasta 12 horas, el juicio finalizó y sólo queda una última jornada que será el jueves próximo. Ese día los jueces leerán la sentencia y determinaran si Fabbro es culpable e inocente.

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