La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA) confirmó este viernes que Irán superó con creces el límite de almacenamiento de uranio enriquecido hasta los 241,6 kilos de este material, 38,8 kilos más que la cantidad estipulada en el acuerdo nuclear firmado en 2015.
La AIEA pertenece a las organizaciones internacionales conexas al Sistema de las Naciones Unidas (ONU).
Irán mantiene así su intención de desvincularse progresivamente del acuerdo nuclear hasta que reciba garantías de sus socios internacionales, los europeos en particular, de que podrá entablar con ellos una relación comercial a pesar de la amenaza de Estados Unidos, que se retiró unilateralmente del acuerdo y restauró unas sanciones que han deteriorado la economía iraní.
Asimismo, según explicó la agencia de noticias EuropaPress, el informe de la AIEA también ha confirmado que la república islámica está enriqueciendo uranio con una pureza del 4,5 por ciento, también por encima del 3,67 estipulado en el acuerdo. Sin embargo, este porcentaje permanece sin cambios desde que se estipulara por vez primera el pasado mes de julio.
Fuentes próximas al programa nuclear iraní ya avanzaron el pasado mes de junio que Irán superará «pronto» el límite de uranio enriquecido fijado en el acuerdo, el llamado Plan Integral de Acción Conjunta (PIAC) de 2015, en respuesta a la falta de una compensación adecuada del resto de firmantes a la retirada de Estados Unidos.
El PIAC alcanzado en julio de 2015 entre Irán y el conocido como Grupo 5+1 –integrado por Estados Unidos, Rusia, China, Francia, Reino Unido y Alemania– estipulaba una serie de restricciones al programa nuclear iraní a cambio de las cuales la república islámica se reintegraría en los mercados internacionales gracias al levantamiento de las sanciones que pesaban sobre ella en ese momento.
Sin embargo, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, decidió hace un año desvincularse unilateralmente del acuerdo y reimponer de nuevo las inhabilitaciones suspendidas por su predecesor, Barack Obama.
Irán ha sido uno de los temas que ha marcado la cumbre del G7, celebrada el pasado fin de semana, entre otras razones por la inesperada visita del ministro de Exteriores iraní, Mohamad Javad Zarif, en pleno debate político por la continuidad o revisión del acuerdo nuclear suscrito en 2015 y que Trump sigue tachando de «ridículo».
Trump está dispuesto «si las circunstancias son las correctas» y, aunque ha insistido en que él nunca habría firmado el acuerdo de 2015 tiene «buenas sensaciones» sobre la posibilidad de lograr algún tipo de acuerdo.
Para el mandatario estadounidense, las líneas rojas pasan por garantizar que Irán no obtenga armamento atómico, que ponga fin a las pruebas de misiles balísticos y ampliar las obligaciones de un hipotético acuerdo «a un periodo más largo de tiempo».
En cuanto a una posible compensación estadounidense a Irán por las sanciones, Trump se ha cerrado en banda a esta opción.
Fuente: Infobae