El Gobierno no logra consenso con la oposición para tratar el proyecto de ley de renegociación de la deuda y no descarta sacar un DNU

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El proyecto de ley de renegociación de la deuda que la Casa Rosada pateó para más adelante entró en estas horas en un limbo por falta de consensos, y el Gobierno y la oposición le buscan ahora alternativas, en medio de una aguda crisis que mantiene en vilo a todo el arco político.

La ausencia de acuerdos con el PJ había llevado ayer al oficialismo a posponer el envío del proyecto destinado a la extensión voluntaria de los plazos de la deuda bajo jurisdicción local, una decisión que fue confirmada tras la ronda de mates que compartieron al mediodía de este lunes los ministros Hernán Lacunza y Rogelio Frigerio con Miguel Ángel Pichetto, Emilio Monzó, Federico Pinedo y Sebastián García de Luca, viceministro del Interior.

Pero ahora, la iniciativa empieza a naufragar, en un contexto político y económico que cambia día a día las reglas de juego. «Es una ley que se ideó para ellos, un canje que en todo caso deberá hacer el próximo gobierno. No hay urgencia», aseguró a este medio una de las principales espadas parlamentarias del oficialismo que perdió hace rato la fe de dar vuelta la elección, en octubre.

El almuerzo que Marcos Peña encabezará este miércoles en Olivos junto al interbloque oficial de la Cámara baja será revelador en ese sentido. Una comida a la que Mauricio Macri tiene previsto pasar a saludar, tal como lo hizo la semana pasada ante los senadores.

El jueves, en tanto, varios de los principales diputados de la coalición de gobierno se agendaron cita para discurrir en torno al humor político de la Cámara baja en relación a la discusión por la deuda.

En Casa Rosada no descartan ningún escenario. Pero ya fueron notificados de que el peronismo no está dispuesto por ahora a debatir un proyecto de reestructuración de deuda al que, paradójicamente, deberá hacerle frente el próximo gobierno.

Los detalles iban a ser presentados este miércoles por Lacunza ante los 20 legisladores que integran la comisión bicameral de la deuda externa, una sesión informativa que fue suspendida ayer ante la carencia de consensos.

En esa línea, desde el Frente de Todos surgió en las últimas horas la posibilidad de forzar a la Casa Rosada a «reperfilar» la deuda de mediano y largo plazo a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), tal como lo hizo para el aplazamiento de los vencimientos de la deuda de corto plazo, una medida que integró el paquete de anuncios de la semana pasada.

«La idea es seguir tendiendo puentes y buscar consensos», insistieron desde el entorno del ministro de Hacienda, uno de los interlocutores con los referentes económicos de la oposición junto a Frigerio, Monzó y Pinedo, entre otros.

Desde el fin de semana, en vísperas del anuncio del Gobierno vinculado a la implementación del control de cambios, el Gobierno y el Frente de Todos volvieron a entablar conversaciones. Hablaron Macri y Alberto Fernández. Y hubo llamadas entre otros referentes, después de una semana en la que el diálogo se había interrumpido.

Más allá del proyecto en cuestión, la lógica parlamentaria, reconocen desde el oficialismo, cambió tras las primarias de hace cuatro domingos que dejaron al ex jefe de Gabinete K al borde de una victoria en las elecciones generales de octubre, y al Gobierno sumergido en una profunda crisis.

«La oposición está dispersa. El poder está dividido», explican desde el oficialismo.
El lunes, Sergio Massa, que desde el 10 de diciembre presidiría la Cámara baja si el Frente de Todos gana las elecciones, estuvo en el Congreso. Conversó con Carla Pitiot, presidenta del bloque del Frente Renovador, y su armador Raúl Pérez.

Massa es uno de los impulsores de la idea del DNU, según pudo reconstruir este medio. «Sería la salida más inteligente», les contestó a los interlocutores del Ejecutivo.

El propio candidato a presidente del Frente de Todos había asegurado, en línea con los jefes de los bloques del PJ en el Congreso, que se trata de un instrumento que puede ser utilizado cuando se abordan negociaciones de largo plazo y quitas que constituirían mejoras al acuerdo con el FMI.

Desde la oposición peronista, incluso, agregan que el envío de un eventual decreto podría tener lugar después de las elecciones del 27 de octubre. Sería tratado posteriormente en la comisión bicameral alusiva.

«Eso le permitiría al Gobierno poner en marcha el procedimiento y a Alberto (Fernández) intervenir en el dictamen final respecto de lo que debiera de ser la oferta definitiva de plazos, fechas y tasas de los bonos de mediano y largo plazos», indicó un dirigente de peso del Frente de Todos que habla al mismo tiempo con el ex jefe de Gabinete K y con la Casa Rosada.

Con Alberto Fernández de gira por Europa, las comunicaciones en el Frente de Todos, vinculadas a la economía doméstica, son fluidas. Pero los contactos también se dan con el oficialismo: Horacio Rodríguez Larreta y María Eugenia Vidaltambién forma parte del diálogo.

La salida a través de un eventual DNU se evalúa en intercambios en todos los niveles. En el Parlamento, el oficialismo comenzó a analizar la idea con los jefes de los bloques de la oposición, aunque fuentes de la coalición de gobierno consideran aún «muy incipientes» las conversaciones.

Todas las opciones están sobre la mesa. Pero no habría una definición, al menos, antes del fin de semana.

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