Mauricio Macri decidió -por ahora- morderse la lengua y atarse los dedos para evitar una réplica política a los tuits que Alberto Fernández posteó para cuestionar la gestión económica de la administración Cambiemos. Sucedió hoy a la madrugada en Madrid, adonde el candidato presidencial del Frente de Todos se encuentra para protagonizar una gira relámpago que mezcla actividades académicas, encuentros políticos y minivacaciones.
Macri y Fernández habían acordado una tregua electoral para evitar una nueva crisis de los mercados financieros que implica alza del dólar, fuga de divisas, aumento de la inflación, caída de las acciones en Buenos Aires y New York y la suba del riesgo país.
Sin embargo, el candidato presidencial rompió la tregua cuando nadie lo esperaba y en medio de una crisis financiera que aún no encontró un punto de estabilidad.
«La Bolsa porteña no encuentra piso. El modelo económico de Macri generó recesión, pobreza y destrucción de valor en nuestras empresas más emblemáticas. YPF en los valores más bajo de su historia», tuiteó Fernández.
Y remató en un segundo mensaje: «Vamos a estabilizar la economía y salir de la recesión, poniendo nuevamente todo el potencial que tenemos en valor para el bienestar de los argentinos».
Macri estaba en Olivos cuando se conocieron las críticas de Fernández. El presidente hizo una ronda de consultas a través de su chat y el gobierno decidió -hasta nuevo aviso- silenzio stampa para no provocar una hecatombe electoral que encienda una nueva crisis en los mercados financieros.
En este contexto, el gobierno asumió los tuits de Fernández como parte de la campaña electoral y de la situación interna en el Frente de Todos. Macri, Marcos Peña, Hernán Lacunza y Rogelio Frigerio -entre otros- consideran que Fernández está muy tironeado por
«La Cámpora» y Cristina Fernández de Kirchner y que no tiene otro camino que castigar al presidente para aflojar presión interna.
La Casa Rosada mantendrá su apuesta a la tregua con Fernández y aguarda avanzar en un acuerdo político que permita enviar al Congreso un proyecto que contemple la situación jurídica y económica de los bonistas bajo legislación nacional. Hasta ahora se sucedieron múltiples negociaciones, pero no hubo un acuerdo definitivo para resolver este capítulo de la crisis financiera.
Lacunza está en contacto con los asesores económicos de Fernández y juega su gestión ministerial a la paz financiera y a la estabilidad del dólar. El ministro de Hacienda es cauto y conoce las reglas del juego. Cuando se enteró de los tuits de Fernández puso cara de poker y optó por evitar una crítica puntual que implosionara la tregua con el Frente de Todos.
Macri sabe cómo funciona la estrategia electoral de Fernández y conoce sus propios límites políticos. En principio, el presidente no responderá a su adversario peronista para esquivar una nueva crisis económica. Apuesta a la tregua, y tiene pensado hablar de nuevo con Fernández. Sucedería en las próximas horas.