Al cumplirse 40 años de la histórica visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), cuando los argentinos desafiaron a la dictadura haciendo largas filas sobre la avenida de Mayo para denunciar desapariciones forzadas de personas, el Gobierno eligió un bucólico rincón del jardín de la Residencia Presidencial de Olivos para realizar un homenaje a esa instancia que marcó un hito fundamental en la búsqueda de memoria, verdad y justicia en la Argentina.
Se trató de un acto delicado y austero, con muy pocos invitados, entre los que se destacaron el ex juez de la Cámara que realizó el juicio a las Juntas Ricardo Gil Lavedra, la ex senadora y hermana de una desaparecida Norma Morandini, el dirigente QOM Félix Díaz, además de Graciela Fernández Meijide, dirigente de derechos humanos y madre de un desaparecido quien, además, fue la primera en hablar en el acto.
El frío reinante fue el tema central de conversación entre los presentes, que se realizó junto al histórico estanque de la quinta y sin presencia de la prensa. Los invitados habían sido convocados a las 14.30, cuando todavía despuntaban rayos solares. Sin embargo, cuando arrancó ya estaba nublado y corría una brisa helada.
Pudo verse al embajador de los Estados Unidos, Edward Prado, al de Gran Bretaña, Mark Kent, y a la embajadora argentina ante la OEA, Paula Bertol, además del canciller Jorge Faurie, el ministro de Justicia Germán Garavano y el secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco. También al secretario de Ambiente, Sergio Bergman, el secretario de Culto, Alfredo Abriani, y el vicegobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Salvador.
El secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, y su par en la provincia de Buenos Aires, Santiago Cantón, tuvieron un rol destacado, impulsando este evento y la presencia de la CIDH en la Argentina.
El acto comenzó con el trailer del documental que ayer se estrenó, «Siempre cuenta tu historia», con testimonios de los protagonistas y otros documentos que fueron desclasificados por el gobierno norteamericano y entregados a la Argentina en el último año.
El Presidente cerró el acto recordando que la visita de la Comisión se realizó en plena dictadura militar. Mientras leía el telepromter, Macri tuvo una mención especial para Patricia Derian, la subsecretaria de Derechos humanos del gobierno del presidente norteamericano James Carter, «que jugó un papel clave al impulsar la visita histórica a nuestro país y prestó testimonio en el histórico juicio a las Juntas». Recordó además, el homenaje que el Gobierno argentino le hizo a su muerte.
Antes de su discurso, el Presidente descubrió una placa recordatoria donde está escrito el «Agradecimiento permanente del Estado argentino a la CIDH de visita histórica en el año 1979», que será colocada en el Archivo Nacional de la Memoria, ubicado en la ex ESMA.
La titular de la CIDH, la mexicana Esmeralda Arosemena de Troitiño, y Fernández Meijide abrieron la lista de oradores. La dirigente argentina comenzó relatando su propia experiencia en la fila de la avenida de Mayo esperando ser atendida por los funcionarios de la CIDH y destacó el aporte crucial de Emilio Fermín Mignone y Augusto Conte, también padres de jóvenes desaparecidos, para la elaboración y presentación de los informes.
La actual presidente del Club Político Argentino no lo dijo, pero el sistema de verificación de casos por fichas con nombre y apellido de cada desaparecido, consignando datos de la desaparición y del denunciante, que ella diseñó desde la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, fue la base del sistema que permitió precisar la búsqueda de las víctimas y la posterior reparación por la violación de derechos, lo que se transformó en políticas de Estado a favor de la promoción y protección de los derechos humanos.