La selección argentina Sub 17 le hizo un enorme regalo a su técnico Pablo Aimar, que cumplió 40 años: derrotó 3-1 a Tayikistán y aseguró el pasaje a los octavos de final del Mundial de la categoría, que se disputa en Brasil. Franco Orozco (dos) y Matías Godoy (luego de una sutileza maravillosa de Matías Palacios) anotaron para los juveniles, que, como segundos de la Zona E (España se quedó con la cima) jugarán ante el líder el Grupo F en la próxima instancia (por el momento es Italia).
El combinado nacional dispuso una alineación alternativa, cuidando a varias de sus figuras, como Exequiel Zeballos, Matías Palacios, Bruno Amione y Matías Godoy. En los primeros minutos, Tayakistán asfixió la salida del elenco Albiceleste y apostó a un juego directo apenas recuperó la pelota, incomodando a los chicos argentinos. Con el correr de los minutos fueron haciendo pie y generando peligro en el área contraria.
A los 22 minutos, Cano desbordó por izquierda y cayó ante la barrida adversaria. El árbitro marroquí Redouane Jiyed se tomó más de tres minutos para observar la acción a instancias del VAR. En la misma se puede observar que el juvenil de Vélez exagera, pero el contacto lo propone el defensor rival. Era penal y no fue sancionado. A los 33, otra vez Cano ganó de arriba en posoción franca, pero la pelota picó y se marchó desviada.
Hasta que a los 37 minutos la insistencia cosechó premio: Alan Velasco, la joyita de Independiente, superó a su marcador por la derecha y envió el centro cruzado, que encontró bien ubicado a Franco Orozco por el segundo palo, para anotar el 1-0.
En la segunda etapa, la Selección siguió siendo superior. Cano puso el 2-0, pero se lo anularon; Varaldo lo tuvo tras una jugada individual y el balón se fue junto a un palo. Hasta que a 14 del final, Orozco le puso la firma a un desborde del ingresado Godoy. El resultado recibió una cuota de suspenso cuando Soirov anotó el 1-2 de penal. En realidad, fue una excusa para que Matías Palacios hiciera su magia.
El enganche de San Lorenzo la pisó en el borde del área y asistió de taco, en una pirueta digna de Ronaldinho, a Godoy, quien enganchó y cruzó el remate para el 3-1 final. Aunque el mejor regalo para Aimar seguramente habrá sido el gesto del epílogo: todos los chicos de Argentina se acercaron a consolar a sus rivales, que quedaron eliminados del torneo. Porque esa actitud no cuenta como un título, pero deja una huella igual de indeleble.