El enviado de Donald Trump a la asunción de Alberto Fernández se molestó por la invitación a un cuestionado ministro de Nicolás Maduro y abandonó el país anticipadamente

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Donald Trump envió a tres funcionarios como sus representantes en la asunción presidencial de Alberto Fernández: el secretario de Salud, Alex Azar y los asesores presidenciales Michael Kosak y Mauricio Claver. Este martes a la mañana, Azar, Kosak y Claver recibieron una copia de la nota. Alberto Fernández invitó a su jura presidencial a un ministro de Maduro que no puede entrar a la Argentina, publicada en exclusiva por Infobae.

En esa nota se anticipaba que Jorge Rodríguez, ministro de Información de Nicolás Maduro y acusado penalmente por el Departamento del Tesoro, se aprestaba a aterrizar en Buenos Aires para después participar de la ceremonia de asunción de Alberto Fernández.

Frente a la noticia publicada por Infobae, la delegación americana asumió una estrategia diplomática: el secretario Azar y el asesor Kosak participarían de todos los eventos públicos organizados por la administración peronista, mientras que Claver cancelaría todas las audiencias y regresaría antes de tiempo a Washington.

En este contexto, Claver no fue a la jura de Alberto Fernández y canceló su reunión bilateral que iba a mantener mañana con Gustavo Béliz, secretario de Asuntos Estratégicos. En cambio, el secretario Azar fue a la Asamblea Legislativa -junto a Kosak- y luego saludó al Presidente de la Nación en la Casa Rosada.

El ministro Rodríguez es el principal asesor de Maduro y está en la nómina de la Oficina de Control de Bienes Extranjeros (OFAC), que encabeza el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos. “El presidente Maduro depende de su círculo cercano para mantener su control del poder, mientras su régimen saquea lo que queda de la riqueza de Venezuela”, sostuvo Steven Mnuchin, secretario del Tesoro, cuando explicó por qué Rodríguez ingresaba a la lista de la OFAC.

Y añadió: “Seguimos imponiendo sanciones contra fieles que permiten a Maduro solidificar su control sobre el Ejército y el Gobierno mientras los venezolanos sufren”.

Claver estaba irritado cuando terminó de leer la nota de Infobae porque se había encontrado con Alberto Fernández en México y había explicado en Washington que el presidente argentino no tenía posiciones cercanas a Nicolás Maduro como en su momento exhibió Cristina Fernández de Kirchner. Sin embargo, a menos de dos meses de esa reunión, el asesor de Trump para América Latina llegaba a Buenos Aires y se enteraba por un medio argentino de que un ministro de Maduro acusado de corrupción iba a estar a pocos metros de toda la delegación americana.

La tensión entre la Casa Rosada y la Casa Blanca se agravó cuando Claver ratificó que Rodríguez no podía entrar al país y que retrasó su arribo para evitar que la administración de Macri aplicara el decreto presidencial que prohibía su presencia en la Argentina. Ese decreto de Macri respondía a un acuerdo diplomático con el Grupo de Lima y con el departamento del Tesoro.

Cuando Rodríguez aterrizó a bordo de un Airbus de las Fuerzas Armadas de Venezuela, ya era el 10 de diciembre, y Alberto Fernández estaba a cargo de la administración pública. Entonces, el ministro de Maduro se fue al hotel, se puso su traje oficial y participó de todas las ceremonias oficiales del flamante gobierno argentino.

Además de su encuentro con el secretario Béliz, Claver tenía pautado un reportaje con el diario Clarín, y en ese medio nacional finalmente anunció que la invitación a Rodríguez implicaba cancelar de manera abrupta su agenda en Buenos Aires.

“Desafortunadamente, debido a unas invitaciones y a algunas sorpresas que recibimos al llegar, decidí no ir y me voy temprano. No voy a tener las reuniones de trabajo que tenía programadas para mañana”, dijo el enviado especial de Trump a la periodista Natasha Niebieskikwiat.

Frente a la inesperada crisis política desatada por la decisión de invitar a un controvertido ministro de Maduro, Alberto Fernández decidió un gesto de acercamiento de último momento: su canciller Solá habló a la embajada americana en Buenos Aires y concertó una reunión fuera de agenda entre el Presidente de la Nación y el asesor Kosak. No sorprendería que al encuentro se sumen Solá y Béliz, que desde temprano están tratando de aplacar una crisis internacional que puede complicar -de arranque- las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) por la deuda externa.

Y para que no quedaran dudas sobre los costos diplomáticos que podría pagar Alberto Fernández por haber invitado al ministro Rodríguez, la vicepresidente de Maduro usó su cuenta de twitter para castigar a Macri y apoyar implícitamente al gobierno peronista. La vicepresidente de Maduro se llama Delcy Rodríguez, y es la hermana mayor del ministro venezolano que gatilló la crisis entre Buenos Aires y Washington.

Delcy Rodríguez, como su hermano Jorge, también está en la lista del Departamento de Estado. Y su tuit en contra de Macri y a favor de Alberto Fernández no hizo más que complicar la relación con Trump. El presidente argentino emprende ahora un camino cuesta arriba que se inició cuando conversó con Maduro y decidió invitar a sus ministros a la asunción en la Cámara de Diputados.

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