Los movimientos sociales sellaron la unidad y lanzaron la UTEP, el sindicato de la “economía popular”

0
422

Con el visto bueno de la Casa Rosada, un conjunto de movimientos sociales lanzaron este sábado la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), el sindicato que representará al sector que vive del autoempleo y cooperativas en la economía informal.

La creación de la entidad gremial implica la fusión bajo un mismo paraguas al “triunvirato cayetano” de la CTEP, la Corriente Clasista Combativa (CCC) y Barrios de Pie junto al Frente Popular Darío Santillán y otros grupos territoriales.

El armado nuclea a las masivas organizaciones que supieron incomodar al presidente Mauricio Macri con piquetes, acampes, “verdurazos” y ollas populares en reclamo de subsidios e ingresos sociales para los cooperativistas del sector. Según las estimaciones propias, el sindicato hoy presentado a las 11 en el microestadio de Ferrocarril Oeste podría alcanzar un número de 500 mil afiliados.

La presentación oficial fue saludada por el presidente Alberto Fernández, quien si bien no participó del acto envió un mensaje de apoyo. En su lugar dejó como representante al ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo. “Los saludo desde Olivos, me hubiera gustado estar con ustedes, pero hoy tengo un día complicado. Es muy bueno que hoy estén sellando la unidad para la conformación de un nuevo sindicato”, celebró el jefe de Estado en un video que se proyectó en el recinto.

“Con unidad van a poder lograr que la sociedad los reconozca como actores de este presente. Ustedes, como fuerza son parte de este gobierno y muchos de ustedes ocupan cargos. Hay un Estado que los reconoce. Los abrazo y no aflojen. Un abrazo grande y feliz navidad”, concluyó el presidente.

La irrupción de la UTEP es una novedad en el campo de los gremios no tradicionales. Los trabajadores que aglutina no es posible encuadrarlos en las formas típicas del empleo. En general, se trata de actividades de subsistencia por fuera del circuito de economía formal, como las cooperativas de cartoneros, de artesanos, jardines barriales, la venta ambulante, la agricultura familiar y hasta emprendimientos productivos de baja escala.

“Representamos y vamos a defender a trabajadoras como esas que se levantan temprano y le dan el desayuno a los pibes en los comedores. Esas fueron las luchadoras más importantes que tuvimos en estos años de lucha contra el macrismo”, afirmó el diputado nacional e histórico dirigente piquetero de la CCC Juan Carlos Alderete al comienzo del acto de lanzamiento.

Con menciones a la situación de Bolivia, la detención de Milagro Sala y las víctimas de la represión de 2001 como el militante Claudio “Pocho” Lepratti, el principal dirigente de la UTEP y del Movimiento Evita, Esteban “Gringo” Castro dio un discurso sobre la importancia de la fusión. “El capitalismo actual no nos puede dar ninguna posibilidad de existencia a los más humildes”, sostuvo ante el auditorio. “Cuando empezamos a militar en nuestros propios barrios y nos quedábamos sin laburo, fuimos capaces de crear nuevas formas de trabajo y de eso vivimos mucho años. Y si somos capaces salir de ese infierno, cómo no vamos a sacar este país adelante en unidad y con felicidad, con todo el movimiento popular saliendo a la calle diciendo no al FMI”.

Un nuevo salto hacia el reconocimiento

El sindicato de los trabajadores excluidos o de “la última fila” -según definió “Gringo” Castro- dio el paso inicial a su conformación hace casi cuatro años. Los dirigentes reconocen como un hito el 7 de agosto de 2016, cuando protagonizaron una multitudinaria movilización de protesta desde la Iglesia de San Cayetano, en Liniers a Plaza de Mayo por “Paz, Pan, Tierra, Techo y Trabajo” con apoyo de sindicatos de la CGT y la Iglesia Católica.

El hecho fue una reminiscencia de la histórica marcha de Saúl Ubaldini contra la dictadura militar.

Sin embargo, los antecedentes de la UTEP vienen de larga data y se remonta a comienzos del siglo XXI. Los gobiernos de Néstor Kirchner y Cristina Kirchner tuvieron una relación ambivalente con los movimientos sociales. Si bien las organizaciones obtuvieron en esas gestiones los primeros programas sociales orientados hacia su sector, recién a fines de 2015 el dirigente Juan Grabois -que se ausentó de Ferro por un viaje al Vaticano- logró el primer aval oficial, cuando el ministro de Trabajo Carlos Tomada, un defensor del modelo sindical tradicional, otorgó a regañadientes la “personería social” para la CTEP a horas de dejar el gobierno.

Una de las discusiones de fondo con los representantes de los trabajadores de la “economía popular” es el encuadramiento sindical y si pueden contar con prerrogativas como negociar paritarias y gestionar obras sociales. Es que una parte de sus ingresos se completan con programas como el “Ingreso Social Complementario” y subsidios focalizados que se otorgan como contrapartida del trabajo realizado en las cooperativas.

En los últimos años, los movimientos sociales profundizaron su debate interno en pos de una mayor formalización y autonomía. En ese marco, el ministerio de Desarrollo Social busca fortalecer las estructuras productivas con la entrega de créditos no bancarios para la compra de insumos, herramientas y maquinaria de las cooperativas y escalar los emprendimientos agrícolas de la “economía popular” a través del “Plan Argentina contra el Hambre».

Otro de los ejes de trabajo en carpeta es diseñar un esquema de pasaje de la “economía popular” hacia la formalidad, en una suerte de reconversión del fallido plan “Empalme” que intentó instrumentar el ex ministro de Trabajo de Cambiemos, Jorge Triaca. Hay vasos comunicantes entre ambas realidades. La economía popular participa de rubros en los que se producen y venden las mismas mercancías que las empresas registradas, pero las condiciones laborales son peores: los primeros no cuentan con obra social, jubilaciones y están sujetos a la precariedad.

En ese registro, “Gringo” Castro se mostró cercano al director de operaciones de la textil TN&Platex y titular de UIA Joven Tomás Karagozian, una de las pocas caras del empresariado que se vio en el auditorio militante en el barrio porteño de Caballito. “La producción formal, las pequeñas y medianas industrias tienen que hacer una alianza estratégica con nosotros. Lo vamos a hacer discutiendo”, puntualizó al mencionar al ejecutivo textil.

El debate con la CGT

El encuentro en Ferro contó con la participación de más de 400 delegados barriales de espacios de socios comunitarios, productivos y cooperativos de las provincias de Buenos Aires, Río Negro, Misiones, Córdoba, Santa Fe, Entre Ríos, San Luis y Santiago del Estero. En los primeros días de enero, la UTEP tendrá que definir sus autoridades formales bajo el criterio de la paridad de género.

En estos meses, tras las elecciones del 27 de octubre, el sector de la economía popular logró la obtención de varios cargos representativos. Para la mega ley de Emergencia Económica asumieron dos diputados nacionales del riñón de estas organizaciones: el mencionado Juan Carlos Alderete y Federico Fagioli, un joven dirigente barrial y militante del Movimiento Popular La Dignidad. Por su lado, la referente Mariel Fernández ganó la intendencia de Moreno y en el Ministerio de Desarrollo Social desembarcaron varios dirigentes como funcionarios, entre ellos Emilio Pérsico, designado como subsecretario de Promoción para la Economía Social.

Uno de los desafíos que tendrá la UTEP es lograr su integración a la CGT. En el acto hubo varios dirigentes sindicales “tradicionales”. En representación de la central obrera estuvieron algunos aliados como el ex triunviro y titular del sindicato de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmid y Roberto Baradel, secretario general del gremio docente Suteba, que lo hizo a título de la CTA.

Por ahora, los intentos para incorporarse en una sola confederación junto a los asalariados bajo convenio colectivo está lejos de resolverse y genera un fuerte contrapunto con los jefes sindicales de la calle Azopardo. En la UTEP apuntan a los mismos derechos laborales conquistados históricamente por el movimiento obrero y para ello necesitan avanzar primero en la estructura político-sindical.

“Para nosotros es fundamental el ingreso y unirnos en una sola central. Nosotros y nosotras hemos decidido mirar la realidad desde la periferia, desde nuestros barrios y nuestras unidades productivas más humildes”, sostuvo “Gringo” Castro. “Esa mirada se tiene que asociar a la mirada de los trabajadores que todavía perciben buenos ingresos y tienen un poder adquisitivo que les permite mandar a sus hijos al colegio y vivir con dignidad. El camino de la dignidad de la UTEP tiene que estar acompañado por el resto de los sindicatos”, concluyó.

Dejar respuesta

Please enter your comment!
Please enter your name here