Mensaje de los obispos Bokalic y Martínez Ossola: «Es momento de sembrar con gestos de solidaridad las semillas de la paz y del perdón»

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Los obispos de Santiago del Estero Vicente Bokalic y Enrique Martínez Ossola brindaron su mensaje navideño a la comunidad señalando que es momento «de sembrar con gestos de solidaridad las semillas de la paz y del perdón».

«Al acercarse la Navidad nos inclinamos para contemplar al niño de Belén, el Hijo de Dios
eterno, y que amado en el regazo maternal de su Madre, la Virgen de Nazareth, viene a
nosotros esperando ser recibido con amor y fraternidad.

En este tiempo privilegiado reflexionamos en el sentido auténtico de la Navidad como un
momento de compartir con ternura y alegría la generosidad del corazón, como un momento de sembrar con gestos de solidaridad las semillas de la paz y del perdón; como un momento de vencer la oscuridad del egoísmo, renunciar a privilegios y a la ambición, para pensar en el bien común por encima de nuestros intereses personales.

Decía el papa Francisco en su CARTA APOSTÓLICA ADMIRABILE SIGNUM (EL HERMOSO SIGNO DEL PESEBRE) SOBRE EL SIGNIFICADO Y EL VALOR DEL BELÉN

“El modo de actuar de Dios casi aturde, porque parece imposible que Él renuncie a su gloria para hacerse hombre como nosotros. … Como siempre, Dios desconcierta, es impredecible, continuamente va más allá de nuestros esquemas. Así, pues, el pesebre, mientras nos muestra a Dios tal y como ha venido al mundo, nos invita a pensar en nuestra vida injertada en la de Dios… el pesebre es desde su origen franciscano una invitación a “sentir”, a “tocar” la pobreza que el Hijo de Dios eligió para sí mismo en su encarnación.

Y así, es implícitamente una llamada a seguirlo en el camino de la humildad, de la pobreza, del despojo, que desde la gruta de Belén conduce hasta la Cruz. Es una llamada a encontrarlo y servirlo con misericordia en los hermanos y hermanas más necesitados”.

La Navidad también nos compromete con el anuncio de los ángeles “Gloria a Dios en el cielo y paz en la tierra a los hombres de buena voluntad” (Lc 1,14). Este mensaje resuena cada vez más fuerte en nuestra querida Argentina que no sale aún del miedo, de la incertidumbre, de la falta de amor fraterno.

En estas circunstancias es cuando la presencia del Niño de Belén reaviva la luz de la esperanza para enseñarnos que la verdadera paz brota del corazón de Dios y se transmite al corazón del hombre la paz que nos trae el Niño Jesús es la que profetizó Isaías “Príncipe de la paz,… establecerá y afianzará el trono y el reino de David sobre el derecho y la justicia, desde ahora y para siempre” (Is 9,5-6). Por eso la paz de Dios que se proclama no puede estar separada de la justicia, porque mientras se acreciente la desigualdad entre seres humanos, entre los que tienen acceso a la justicia y los que no, entre los que tienen
oportunidades y los que carecen de todo, no podrá haber paz duradera. Demasiados conflictos turban la serena convivencia, por eso la paz se convierte en el imperativo para toda persona de buena voluntad que lo impulsa a trabajar con más empeño en la construcción de una sociedad más justa.

“¿Por qué el belén suscita tanto asombro y nos conmueve? En primer lugar, porque manifiesta la ternura de Dios. Él, el Creador del universo, se abaja a nuestra pequeñez. El don de la vida, siempre misterioso para nosotros, nos cautiva aún más viendo que Aquel que nació de María es la fuente y protección de cada vida. En Jesús, el Padre nos ha dado un hermano que viene a buscarnos cuando estamos desorientados y perdemos el rumbo; un amigo fiel que siempre está cerca de nosotros; nos ha dado a su Hijo que nos perdona y nos levanta del pecado.”

Francisco Admirabile signum 1-XII-2019
En esta Navidad, con el espíritu de concordia, comunión y perdón que nos trae, queremos
hacerles llegar nuestro más cordial saludo a todos los santiagueños de esta amada Patria chica.

Que nadie se sienta ajeno a la salvación que nos trae Jesús; que nadie sea excluido del
Banquete de la vida.

“María, Virgen de la espera y del cumplimiento, que conservas el secreto de la Navidad, haznos capaces de reconocer en el Niño, que estrechas en tus brazos, al Salvador anunciado, que trae a todos la esperanza y la paz. Contigo lo adoramos y decimos confiados: tenemos necesidad de ti, Redentor del hombre, que conoces las expectativas y ansias de nuestro corazón.

¡Ven y permanece con nosotros, Señor! A todos llegue nuestra más afectuosa bendición
¡Feliz Navidad!!»

 

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