El número de víctimas fatales por el nuevo coronavirus aumentó el miércoles a nueve personas en China, donde las autoridades sanitarias advirtieron que podría “mutar” y propagarse aún más fácilmente.
El viceministro de la Comisión Nacional de Salud de China, Li Bin, anunció que el coronavirus ya había sido diagnosticado en más de 400 personas, en un claro agravamiento del cuadro en días recientes.
Este coronavirus genera una viva preocupación por su similitud con el Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SRAS), que mató casi 650 personas en toda la región en 2002-2003.
Los casos ya se registraron en varias regiones de China, incluidas las megaciudades de Beijing y Shanghái. El miércoles también se confirmó un caso en la región semiautónoma de Macao.
Las preocupaciones se agudizan ahora ante la proximidad de las festividades y vacaciones por el Año Nuevo Lunar, cuando tradicionalmente centenas de millones de chinos viajan para visitar sus familias.
Riesgo de mutación
En una conferencia de prensa, el viceministro Li transmitió un llamado del presidente, Xi Jinping, a “detener” la epidemia, y relató algunas de las medidas urgentes a ser adoptadas.
Entre las medidas se incluye la desinfección y ventilación de aeropuertos, estaciones y centros comerciales. Los detectores de temperatura también podrían instalarse en sitios concurridos, dijo.
El gobierno chino ha clasificado este brote en la misma categoría de la epidemia de SRAS. Esto significa aislamiento compulsorio para las personas diagnosticadas, y la posibilidad de determinar cuarentenas.
Un comité de urgencia de la Organización Mundial de la Salud (OMS) se reúne este miércoles para determinar si declara una «emergencia de salud pública de interés internacional».
Hasta ahora, la OMS había utilizado este término solamente en casos de epidemias que requieren una respuesta internacional vigorosa, incluida la gripe porcina H1N1 en 2009, el virus Zika en 2016 y la fiebre del Ébola, que devastó parte de África occidental de 2014 a 2016 y la RDC desde 2018.
El nuevo coronavirus fue identificado originalmente en la ciudad china de Wuhan, pero ya se registraron casos en Japón, Corea del Sur, Tailandia y Taiwán. Estados Unidos confirmó el martes el primer caso verificado en su territorio.
En el caso estadounidense, se trata de un hombre de unos 30 años, que llegó el 15 de enero a Seattle, en el noroeste del país.
El enfermo no visitó ninguno de los mercados de Wuhan, apuntados como el origen del coronavirus, pero sí viajó a esa región, informaron las autoridades sanitarias.
Su estado de salud es bueno, pero fue hospitalizado por precaución y permanecerá en cuarentena durante al menos 48 horas.
“Prevemos otros casos en Estados Unidos y en el mundo”, avisó Nancy Messonnier, directora del departamento de enfermedades respiratorias de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC).
Por su parte, el alcalde de Wuha, Zu Xianwang, pidió a los residentes que no salgan de la ciudad, y que los visitantes posterguen sus viajes en la medida de lo posible.
Alerta máxima
Unos 922 pacientes estaban en observación en los hospitales chinos, según las autoridades sanitarias. Wang Guangfa, uno de los médicos de la Comisión Nacional de la Salud china que estudiaba la epidemia, anunció el martes en una televisión de Hong Kong que había contraído la enfermedad.
En tanto, las autoridades tailandesas colocaron en los aeropuertos de Bangkok, Chiang Mai, Phuket y Krabi, sensores térmicos para detectar pasajeros con fiebre procedentes de zonas chinas de riesgo.
También se reforzó la vigilancia sanitaria en los aeropuertos de Australia, Bangladés, Nepal, Singapur, Malasia, Vietnam, India y Estados Unidos.
Tailandia recibe un cuarto de los vuelos internacionales procedentes de Wuhan, una ciudad de 11 millones de habitantes donde se detectó la enfermedad por primera vez en diciembre en un mercado.
Con ocasión del Nuevo Año chino, que se inicia este fin de semana, unos 1.300 viajeros realizarán este trayecto diariamente y el reino quiere evitar todo riesgo de epidemia en plena temporada alta turística.
En Hong Kong, las autoridades también están en “alerta máxima” ya que todavía está muy presente el recuerdo de la epidemia del SRAS en 2002 y 2003.
El aeropuerto de la ciudad, uno de los más frecuentados del mundo, procede ya en tiempos normales al control térmico de todos los pasajeros.
Los pasajeros que llegan de Wuhan deben rellenar un formulario y se exponen hasta 6 meses de cárcel en caso de que mientan.
Las enormes fronteras terrestres de China son también objeto de controles minuciosos.
En Vietnam, el ministerio de Salud proclamó “riesgo de infección alto” y ordenó que se refuercen los controles en la frontera norte, intenso lugar de paso entre los dos países.
En tanto, la empresa Young Pioneer Tours, que se especializa en paquetes turísticos a Corea del Norte, anunció en Seúl que el gobierno de Pyongyang “cerrará temporariamente sus fronteras a turistas extranjeros, como precaución contra el coronavirus”.
Corea del Norte ya había cerrado sus fronteras por tres meses en 2003 a raíz de la epidemia de SRAS.
Se piensa que la cepa que concentra las atenciones ahora es un nuevo tipo de coronavirus, una familia que cuenta con una amplia gama de virus que pueden provocar enfermedades benignas en el hombre como el catarro, pero otras más graves como el SRAS.