Con señales para Alberto Fernández y Cristina Kirchner, el PJ se encamina a renovar presidente con lista de unidad

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Sobre una pantalla con fondo azul montada en el microestadio Héctor Etchart, de Ferro, se dejó congelada y en letra cursiva la primera frase de la Marcha Peronista: “Todos unidos triunfaremos”. Cada gesto y discurso tanto de los congresales como de los miembros del Consejo Nacional del partido estuvieron orientados a promover la paz interna y guardar el equilibrio. Hasta la Junta Electoral que se votó buscó representar a todos los sectores internos que mañana mismo comenzarán a hablar formalmente sobre quién debería ser el próximo presidente.

Ya corren los plazos partidarios. El 16 de marzo se publicarán los padrones y el 30 las listas. Si hubiera una lista de unidad, que es la pretensión de la mayoría de la dirigencia y el pedido expreso del presidente Alberto Fernández y de su vice, Cristina Kirchner, se proclamaría la lista sin hacer la elección prevista para el 3 de mayo. El 6 de ese mes deberá estar en funciones quien conduzca los destinos del principal integrante del Frente de Todos.

La primera señal de unidad fue la presencia de los congresales de Salta y Córdoba que hacía por lo menos ocho años no participaban. Instalado en España, Juan Manuel Urtubey delegó en Pablo Kosiner las gestiones mientras varios dirigentes coquetean con el gobernador Gustavo Sáenz. Sáenz es amigo de Sergio Massa que lo atrae hacia la coalición nacional y en su gabinete hasta nombró a algunos funcionarios del Frente de Todos. A futuro podría mantenerse cerca como el santiagueño Gerardo Zamora, un aliado que a veces parece peronista. Hasta el club en el corazón de Caballito sólo fueron la mitad de los congresales salteños pero, se explicó, la razón fue puramente económica.

Hubo varios vítores y aplausos cuando se nombró a la delegación salteña. También a la de Córdoba. “Ante la convocatoria al Congreso nacional del Partido Justicialista se abre una oportunidad de lograr la unidad con representación de todas las provincias y sectores del peronismo y, por tal motivo, los congresales de Córdoba van a concurrir, ratificando nuestra identidad republicana y federal”, se comunicó oficialmente desde la mediterránea. Fueron 82 congresales y el presidente del partido Oscar González. No estuvieron en cambio ni el gobernador Juan Schiaretti ni su vicegobernador Manuel Calvo. Tampoco llegó el senador Carlos Caserio que pegó la vuelta cuando iba en auto desde Casa Rosada hasta el evento porque le avisaron que acababa de terminar. Se demoró por una reunión en Casa de Gobierno nada menos que con el Presidente de la Nación.

Caserio trabajó fuerte para que el PJ acompañara la fórmula Fernández-Fernández y acercó a intendentes a la campaña y luego a la gestión nacional. Pero el que trabajó para acercar a los congresales con el aval de Schiaretti fue el ministro del Interior Eduardo ‘Wado’ de Pedro que también ayudó a sellar la unidad en Río Cuarto para la elección de intendente.

“Quiero destacar la participación y la unidad en el Congreso del PJ. Es indispensable fortalecer el partido como una herramienta transformadora y necesaria para acompañar al Gobierno y sacar al país adelante”, escribió en Twitter el ministro mientras se desplazaba hasta Ferro con Santiago Cafiero. Y apuntó que el congreso se realizó “con la participación de todas las provincias y la presencia más alta de congresales de los últimos años. Fortalecer la unidad del peronismo es un deber de todxs para lograr un país más justo, solidario e inclusivo”.

La presencia de De Pedro junto al jefe de Gabinete fue la confirmación de su muñeca política. En su caso con la doble función de representar al Presidente y a la vice y garantizar el proceso y pedido de unidad. También Cafiero llevó el mensaje del cambio de clima de esta nueva gestión peronista. No hubo discurso de ninguno de los dos que estuvieron largo rato en una especie de VIP con gobernadores y algunos funcionarios.

“Nadie quiere generar roces”, se escuchó en las dos horas previas que fue lo que les llevó acreditarse y certificar firmas a los 562 congresales. “Nadie quiere locuras”, agregó alguien de otro sector interno sobre la posibilidad de que se reelija a José Luis Gioja o que el chaqueño Jorge Capitanich avance con su autopostulación. Gioja también fue respaldado en forma contundente por los aplausos y por los discursos, entre ellos el del presidente del PJ bonaerense Gustavo Menéndez que le atribuyó parte de la responsabilidad en el proceso que derivó en la conformación del Frente de Todos. La duda es cómo quedaría en la escena nacional si pierde la elección interna que tendrá lugar en 15 días en San Juan donde está enfrentado con el gobernador Sergio Uñac. A Capitanich le juega en contra su encuadramiento con el kirchnerismo y su ausencia en el partido durante los últimos tres años. Aun con aspiraciones a presidir el PJ no estuvo en Ferro y hubo quien en voz baja lo señaló.

Los otros ministros presentes coincidieron en el pedido de unidad. Fueron el de Defensa, Agustín Rossi, a quien le gustaría que Alberto Fernández liderara el PJ, lo que el Presidente evita para no desequilibrar fuerzas en el Frente de Todos. Temprano llegó el de Agricultura, Luis Basterra, que trató de no hablar sobre el campo y las retenciones. Y a último momento se sumó Ginés González García, de Salud.

De los gobernadores, los más aplaudidos fueron Alicia Kirchner de Santa Cruz, y Alberto Rodríguez Saá, de San Luis, a quien en varios discursos se reivindicó por haber dicho “hay 2019” cuando ningún sector creía posible la vuelta de los sectores enfrentados como el Frente Renovador. Incluso hay quienes lo ven como posible futuro jefe partidario. No estuvo Axel Kicillof pero sí Verónica Magario, quien ingresó al club junto al intendente de La Matanza, Fernando Espinoza. Otros intendentes fueron Fernando Gray, Marisa Fassi, Leonardo Nardini (hay quien promueve su nombre pero no pasaría el filtro de las provincias), Federico Achával, Julio Zamora, entre otros.

El que llevó la batuta del encuentro fue el formoseño Gildo Insfrán, presidente del Congreso del PJ. “El partido tiene que ser el sostén para los momentos difíciles que quedan por transitar”, arrancó su discurso, y pidió “tener memoria” porque “unidos somo invencibles”. Hasta puso de ejemplo las palabras de Alberto Fernández respecto de que no volverá a pelearse con Cristina Kirchner.

Cuando le tocó hablar, Gioja pareció despedirse. Recordó la intervención judicial que sufrió el PJ dos años atrás y cuestionó al macrismo. “El peor gobierno de la democracia nos llevaba al abismo, nos tuvimos que unir porque el pueblo lo reclamaba”, repitió en línea con el resto de los presentes, y logró ovación y aplausos de pie cuando nombró a la vicepresidenta y luego al Presidente de la Nación. Finalmente pidió expresamente “trabajar en la elaboración de una lista que represente a todos los sectores” y durante el resto de las exposiciones recibió elogios y agradecimientos por su gestión, lo que hizo pensar en un posible ‘operativo clamor’ a su favor. Desde las sillas de congresales una voz femenina gritó: “Equipo que gana no se toca”.

Sin embargo, varias fuentes insistieron en que no está cerrado el proceso y que la Junta Electoral que se conformó representa a todos los sectores del PJ.

Las presencias y declaraciones certificaron ese mensaje. Estuvieron desde el líder de La Cámpora Andrés ‘El Cuervo’ Larroque al sindicalismo casi a pleno, aunque no apareció Hugo Moyano que integra la comisión de acción política. Todos juntos llegaron Héctor Daer, Omar Viviani, José Luis Lingeri y Antonio Caló, entre otros. Por fuera de ese grupo estuvo el porteño Víctor Santa María.

Otros presentes fueron Sergio Casas, Lucía Corpacci, los senadores José Mayans y Jorge Taiana, Juan Manuel Abal Medina, Juan Pablo Cafiero, Julián Domínguez, Sergio Urribarri, Daniel Filmus, el secretario de relaciones parlamentarias Fernando ‘Chino’ Navarro, el senador Adolfo Rodríguez Saá (siempre distante de su hermano Alberto), y varios diputados, entre ellos Rosana Bertone además de Martín Soria, que rompió tanta amabilidad y pedidos de unidad al anunciar que en Río Negro se inició el proceso de expulsión de Miguel Ángel Pichetto. Fue otro momento de ovación.

No hubo papelitos, bombos ni carteles. Se homenajeó al histórico Lorenzo Pepe, se cantó el Himno Nacional y se cerró con la Marcha Peronista.

La Junta Electoral por primera vez tiene paridad de género, pero como su conformación es número impar son 8 mujeres y 7 hombres. Y hubo un video por demás elocuente en el que se vieron fragmentos de discursos de Alberto Fernández y de Cristina Kirchner. “No vamos a pagar la deuda a costa del hambre y la destrucción de los sueños de los argentinos y las argentinas”, se ve y oye al Presidente. De CFK se seleccionó un fragmento del festejo del 10 de diciembre cuando pidió al jefe de Estado que se apoyara “en su pueblo”.

El documento aprobado a mano alzada y por unanimidad sostiene: “Apoyamos la idea de saber qué pasó con las prácticas del endeudamiento y la fuga de capitales” y promueve el “nunca más a los ciclos de endeudamiento”.

En resumen, un congreso partidario para pedir a todas las líneas internas que eviten las peleas y mantengan la unidad. “Esto no va a ser fácil, vienen tiempos difíciles, es importante que estemos al lado de nuestro Presidente y nuestra vicepresidenta», arengó Menéndez. En el cierre Insfrán aconsejó que “vuelvan en paz a sus provincias”.

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