El gobierno de España anunció este sábado 324 nuevas muertes por coronavirus, con lo que el total de fallecimientos asciende ya a 1.326 y el número de contagiados llega a 25.000 en el país.
Los fallecidos se incrementaron en un 32,3% en un día, un ritmo similar al del viernes, cuando se superó la barrera de los 1.000 fallecidos.
El número oficial de casos acumulados (24.926) es un 24,75% superior al indicado el viernes. Según el Ministerio de Sanidad, hay 2.125 pacientes que sanaron.
Además, 1.612 contagiados se encuentran en Unidades de Vigilancia Intensiva (UCI), 471 más que este viernes, lo que contribuye a la saturación de estos servicios.
España es actualmente el tercer país del mundo con más casos reportados de coronavirus, sólo por detrás de China e Italia, pero las cifras dependen de los métodos y la capacidad de cada país para realizar tests.
La región más golpeada es la de Madrid, donde viven 6,5 millones de personas y se concentra el 35,8% de casos. La situación ha desbordado a algunas unidades de cuidados intensivos de Madrid, así como de Cataluña, la segunda región más afectada.
Los sanitarios denuncian una falta acuciante de material de protección individual (guantes o mascarillas) y una reducción inquietante de personal debido a los contagios entre los profesionales.
España cumple este sábado una semana en estado de alarma, lo que significa que los ciudadanos sólo pueden salir para comprar bienes de primera necesidad, acompañar a personas dependientes o ir a trabajar, para aquellos que no puedan hacerlo desde casa.
El estado de alarma rige en principio por una semana más, aunque el gobierno de Pedro Sánchez ha avisado de que muy probablemente habrá que prolongarlo.
“Los protocolos no estaban pensados para esta afluencia de gente, falta material, falta personal, faltan equipos de protección (…) y todo esto en conjunto crea un caos”, comentó a la AFP Eduardo Fernández, sindicalista y enfermero de la UCI del hospital público madrileño Infanta Sofía.
“Lo peor es que el personal sanitario que está en cuarentena va en aumento”, y eso “va a generar un problema serio”, añadió, precisando que un 10% de la plantilla del centro (1.200) está aislado en su domicilio.
“Los respiradores y los ventiladores asistidos son limitados. No hay para todos” con lo que los médicos se ven obligados a hacer “una tenebrosa selección”, dijo a la AFP José María Garcés, médico jubilado de 66 años que se reincorporó a su hospital de Barcelona esta semana.
En un protocolo que copaba titulares este viernes, la sociedad de médicos intensivos insta a “ingresar prioritariamente a quien más se beneficie o tenga mayor expectativa de vida, en el momento del ingreso”.
“Tenemos algunas unidades asistenciales bajo un estrés cercano al límite”, reconoció en rueda de prensa el director de emergencias sanitarias Fernando Simón.
Si bien la situación no es “generalizable”, esta tensión hace que “en algunas UCIs concretas (…) se tienen que hacer un poco más restrictivos” que de costumbre en la admisión de pacientes de coronavirus.