Asegurar que no se vuelva a repetir el espectáculo del viernes frente a las sucursales bancarias, delinear la “flexibilización” de la cuarentena que tendrá lugar a partir del lunes 13 de abril y agilizar la instrumentación del “Programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y la Producción” fueron los tres ejes de la reunión del Gabinete Económico que reunió este sábado en Olivos y encabezó el presidente Alberto Fernández.
De la misma participaron los ministros de Economía, Martín Guzmán, de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y de Trabajo, Claudio Moroni, además del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero y su segunda, la vicejefa Cecilia Todesca. De la reunión finalmente no participó el ministro Katopodis y estuvo ausente con aviso el presidente del Banco Central, Miguel Pesce.
Las reuniones de los sábados son habitualmente encabezadas por Cafiero, pero esta vez lo hizo el propio presidente, dada la gravedad que día a día va adquiriendo el parálisis de vastos sectores de actividad y del papelón de ayer, cuando al cabo de dos semanas los bancos reabrieron la atención al público y se produjo un agolpamiento de jubilados y receptores de planes sociales, tirando por la borda gran parte del esfuerzo de contención viral que había dispuesto el gobierno con su política de “Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio”, causa a su vez del creciente costo económico y de las dificultades de trabajadores, cuentapropistas, monotributistas y empresas para generar ingresos y mantenerse en pie.
Por la mañana, en declaraciones radiales, el presidente había acusado a los bancos por la lentitud en aprobar las demandas por la línea de créditos al 24% anual (una tasa notablemente inferior a la inflación) para que las empresas más afectadas puedan pagar los salarios a su personal y profesionales y monotributistas sobrelleven la caída o directa sequía de sus fuentes de ingreso.
En tal sentido, el viernes el ministerio de Desarrollo Productivo acordó con el Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE), que encabeza el massista Ignacio de Mendiguren, la instrumentación del Fogar (Fondo de Garantías) para que los bancos finalmente destraben los créditos a sectores de alto riesgo, nulo historial bancario o incapacidad de presentar algún tipo de garantía a las sucursales bancarias. El plan del gobierno es canalizar a través de esa línea hasta 350.000 millones de pesos y ponerle un piso al costo económico de la cuarentena. Esa línea es, hoy por hoy, lo más avanzado del “Programa de Asistencia al Trabajo y la Producción”.
Otra parte es la inscripción de empresas que pidan ayuda a través de la página web de la AFIP. Y otra más, el pago de los Repro (para pago parcial de salarios de trabajadores en empresas con merma marcada de actividad) por parte de la Anses, que se hará cargo de hasta un máximo de $ 16.875 en el caso de empresas con hasta 25 empleados.
Las sumas de cobertura parcial van declinando (se trata de porcentajes del salario mínimo) para empresas con mayor cantidad de trabajadores.
La flexibilización de la cuarentena había sido tratada en la reunión de ayer del presidente con dirigentes de la CGT, la Unión Industrial Argentina y la Cámara Argentina de Comercio, que participarán de un “comité de crisis” para definir precisamente de qué modo distintos sectores y actividades podrán salir, al menos parcialmente, de la cuarentena. Además de funcionarios del gobierno como el ministro de Salud, Ginés Gonzáles García, y el de Desarrollo, Matías Kulfas, ese comité también estará integrado por científicos del área sanitaria, cuyas recomendaciones seguirán teniendo carácter prioritario.
Kulfas está también involucrado en la “agilización” -que el presidente había exigido en sus declaraciones radiales de la mañana, cuando se quejó de la lentitud de los bancos- de la línea de crédito al 24% anual para que los bancos faciliten a las empresas el pago de salarios en un marco de severa caída de sus ingresos y cree que a partir del acuerdo con el BICE los bancos finalmente agilizarán el otorgamiento de crédito
Los bancos creen que a partir de la próxima semana se agilizará el desembolso de esos créditos no sólo a pymes sino también a monotributistas. La resistencia tenía que ver, dijeron, con la responsabilidad patrimonial de los gerentes de sucursal y de crédito que, en definitiva, administran los fondos de los depositantes.