«Tengan valor: Yo he vencido al mundo»

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POR FACUNDO GALLEGO, ESPECIAL PARA LA BANDA DIARIO

Lunes VII de Pascua

  1. Oración inicial

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Señor, te agradezco por tu amor y tu misericordia, que son eternas. Bendice mi vida y mi corazón, y derrama tu Espíritu Santo para que pueda escuchar atentamente tu Santa Palabra. Amén.

  1. Evangelio de Nuestro Señor Jesucristo según San Juan (16,29-33)

A la hora de pasar de este mundo al Padre, los discípulos le dijeron a Jesús: «Por fin hablas claro y sin parábolas. Ahora conocemos que tú lo sabes todo y no hace falta hacerte preguntas. Por eso creemos que tú has salido de Dios».

Jesús les respondió: «¿Ahora creen? Se acerca la hora, y ya ha llegado, en que ustedes se dispersarán cada uno por su lado, y me dejarán solo. Pero no, no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Les digo esto para que encuentren la paz en mí. En el mundo tendrán que sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo».

Palabra del Señor 

  1. Meditación

Estamos en esta última semana del tiempo de Pascua, y vamos de camino hacia Pentecostés, el día del Espíritu Santo. En este pasaje del evangelio, el Señor alienta a sus discípulos a no temer a las persecuciones ni a las amenazas, sobre todo cuando éstas atentan contra nuestra vida y nuestra fe cristiana.

Así como Jesús los previno a los discípulos a todo lo que iban a enfrentar a causa de su nombre, así también nosotros tenemos que sentirnos llamados a asumir el riesgo de ser cristianos. En muchos lugares del mundo, los hermanos cristianos derraman su sangre por confesar la fe en Cristo; y muchos no estamos siendo amenazados de muerte, aunque sí somos perseguidos cultural e ideológicamente. Muchos de los cristianos de hoy son segregados de sus familias, alejados de sus grupos sociales, despedidos de sus trabajos y profesiones, presionados para actuar en contra de su fe…

Hoy, el mensaje que nos deja Jesús a todos los que creemos en Él, es un mensaje de paciencia, ánimo y alegría en nuestra entrega cotidiana: “En el mundo tendrán que sufrir, pero tengan valor: Yo he vencido al mundo”.

Crisóstomo nos exhorta con estas palabras: “Esto significa: levanten su corazón, pues no es digno de que los discípulos desfallezcan, habiendo el maestro triunfado de sus enemigos”.

Comunión espiritual

Yo quisiera, Señor, recibirte con aquella pureza, humildad y devoción con que te recibió tu Santísima Madre; con el espíritu y fervor de los santos.

  1. Oración final

Señor, bendice y santifica a toda tu Iglesia y a todos los hermanos cristianos, especialmente los que son perseguidos a causa de la fe. Derrama tu gracia sobre los corazones de todos los creyentes, para que se vean fortalecidos por tu victoria en la cruz. Te lo pedimos a ti, que vives y reinas, por los siglos de los siglos. Amén.

Padrenuestro, Avemaría, Gloria.

En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

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