Susana Giménez: “Tengo terror de que nos quieran convertir en Venezuela”

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A pesar de que tenía todos los papeles en regla y de que fue debidamente autorizada, Susana Giménez está en boca de todos por su viaje a Uruguay en el marco del aislamiento social, preventivo y obligatorio que rige en el país. En ese contexto, la diva habló en América TV y no sólo confió lo sorprendida que estaba por la polémica que generó su vuelo al país vecino, sino que también se tomó el tiempo para dar su opinión sobre la política nacional y afirmó: “Tengo miedo de que nos quieran convertir en Venezuela”.

“Nunca pensé que se iba armar semejante polémica, siempre conmigo es una cosa rara. Salí porque pedí permiso para hacer la residencia y como tengo propiedades acá me lo dieron. Tuve que llenar muchísimas cosas, ir al Consulado uruguayo y después le mandé los permisos a Cancillería, que dijo que sí. El avión no sale si no tenés los permisos”, comenzó Susana, intentando bajarle el tono al asunto y dejando claro que todo se hizo en forma legal.

“Por 14 días estoy en cuarentena, como en todos lados. Tenía que venir, hace 3 meses que estoy encerrada porque yo volví de Estados Unidos. Me vine porque tengo muchos animales acá, la gente que trabaja para mí, tengo que pagar sueldos y extraño mucho a mis perros”, continuó la diva, que tomó un vuelo el sábado pasado a la tarde hacia Uruguay, acompañada por su hermano, Patricio Giménez.

La visión política 

Aclarado el tema del viaje, Luis Novaresio le consultó su visión sobre la política en general y el manejo de la crisis sanitaria desatada por el coronavirus. “No soy peronista, lo dije mil veces. De Alberto (Fernández) me gustó como era en el trato, afable, paternal, nada gritón, ni te apuntaba con el dedo. Actuó muy bien al principio de la pandemia, pero ahora está pasado y debe estar muy presionado por La Cámpora supongo”, dijo Susana.

“Le dicen lo que quieren hacer ellos, me da la impresión. Ojalá me equivoque y Alberto tenga carácter para hacer lo que se le da la gana a él y no lo que le dicen”, agregó.

Si bien destacó cómo el Gobierno manejó la crisis sanitaria al inicio de la pandemia, sintió frustración por la liberación de presos bajo la excusa del coronavirus que habilitó la Justicia el mes pasado: “Por un lado quieren actuar bien para que la gente no se enferme y por otro lado te tratan como a no sé … Los chorros están afuera y nosotros adentro. Eso arruinó todo, cuando nos encerraron a todos y abrieron las cárceles‘.

La cuarentena extendida

En tanto, sobre las sucesivas extensiones de la cuarentena, aseguró: “La gente no puede estar encerrada 80 días, es ridículo. Ahora ha subido el problema por las villas, si no estábamos muy bien. Por 100 infectados se curan 90 o 95, es exagerado para mí. Nosotros tenemos todo para cuidarnos: agua, alcohol, lavandina, todo. Yo no salí nunca de casa, pero en la villa no se puede hacer lo mismo, porque están hacinados y porque tienen que laburar, si no no comen. Es una cadena horrorosa”.

Evidentemente disgustada por la situación, el conductor le preguntó si se acordaba en qué momento se había complicado tanto la Argentina. “No sé, yo tuve la suerte de vivir una niñez bastante buena, a pesar de que en el 55 hubo una revolución y lo sacaron a Perón. Pero igual se vivía bien. Yo no tenía custodia, ni chofer, ni nada, iba al teatro, volvía de trabajar a las tres de la mañana y no tenía nunca miedo de nada”.

“Argentina era un país maravilloso, nuestros abuelos venían de España, Irlanda, Francia… Eran trabajadores, a ninguno se le ocurría pedir: A mí me tienen que comprar una casa. El Gobierno no te daba nada y hacía muy bien. Vivían en departamentos con agua, con baños, era distinto, existía la cultura del trabajo. Hasta que no hagamos eso es muy difícil salir”, consideró.

 “El populismo es muy peligroso. El otro día cuando vi la fila para comprar huevos, una señora que fue a las 4 y media de la mañana para comprar huevos, vi a Venezuela. Laburé muchísimo allá, era el país más rico de Sudamérica. Tengo terror de que nos quieran convertir en eso”.

Luego comparó la situación argentina con el panorama mundial y visualizó un futuro angustiante: “El mundo está destruido en este momento. Si está destruida la primera potencia mundial que es Estados Unidos, imaginate como vamos a estar nosotros”.

Si bien se declaró admiradora de José de San Martín “porque amaba la patria” y consideró que Raúl Alfonsín “era un sol, tan amoroso, tan gente y tan tierno”, Susana Giménez apuntó contra la dirigencia política actual: “Es difícil hablar con los políticos. No entienden y no les importa. Lo único que quieren es hacerse ricos, es muy raro y la Justicia no funciona”. En ese sentido indicó que le gustaría tener “un país limpio, con gente honorable como cuando éramos chicos”.

“La política es una cosa tan asquerosa y corrupta, totalmente incomprensible para mí que soy una persona que siempre dice la verdad, que trata a todo el mundo bien, que trata que todo el mundo esté alegre y feliz. Me gustaría que él (Alberto Fernández) tuviera carácter para hacer lo que el piensa. El no es populista en el fondo de su corazón”, expresó sobre el Presidente. “Como decía San Martín, no se puede gobernar un país en caos, hay que poner las cosas en su lugar, para que la gente te haga caso y crea en vos”, expresó. Ante la consulta de si ella aún cree, respondió: “No, va a ser muy difícil que este país vuelva a ser lo que era en mi niñez”.

“Somos un pueblo sufrido y cíclico. Cada 10 años tenemos una cosa que nos hace sufrir y ahora esto, que es mundial”, concluyó.

El Tribuno

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