La ruta nacional 9/34, convertida en corredor del coronavirus

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La ruta nacional 9/34 históricamente ha sido para los departamentos salteños que atraviesa una importante vía de conexión con el resto de las provincias de nuestro país y con países limítrofes.

Por su ubicación geográfica, se ha visto beneficiada por su tránsito a nivel internacional, aunque esta situación no haya beneficiado a su población en una forma en que todos esperaban. La ruta cuenta con un tránsito muy intenso en forma diaria, pero lamentablemente nunca se pudo aprovechar turísticamente esa ventaja. Por el contrario, con el tiempo se transformó en un problema para los gemenses.

El beneficio más importante de su tránsito pesado lo pueden capitalizar los muchos negocios que se instalaron sobre avenida Teniente Ibáñez, que corre en forma paralela a la ruta, allí son los conductores de camiones quienes realizan el mayor gasto.

Esa relación comercial que antes era un factor positivo, debido a la pandemia del coronavid, se transformó en un factor de temor. Lamentablemente, un virus se mueve de la misma forma en la que lo hace una persona, usando medios de transportes.

Un trabajo de seguimiento de casos de dengue pudo visualizar como se movió la enfermedad por la ruta nacional 34. Esa misma situación puede repetirse con el coronavirus. En este sentido, la mirada está puesta en los camioneros. Desde un principio, el COE departamental, al igual que la población, entendió que esta enfermedad llegaría por la ruta nacional. En un principio fueron los cientos de repatriados quienes mantuvieron en vilo a los habitantes que viven en cercanías a la ruta 34. Luego este temor se personificó en los camioneros, trabajadores que suelen bajar a comprar y almorzar en los negocios cercanos a la cinta asfáltica.

No se desconoce la importancia de este servicio que es esencial. Un camionero debería ser considerado como un médico o un policía. Ellos se encuentran al frente de esta lucha manteniendo abastecida a la población que debe quedarse en casa. Ingresan en forma constante a las zonas calientes y ponen en riesgo sus propias vidas, pero lamentablemente pueden transformarse en un vehículo de transporte involuntario para la pandemia.

Cuidados

En este sentido, lo que se exige a los conductores de camiones que deben bajar por alimentos o el uso de un sanitario es un extremo cuidado con el respeto a los protocolos de seguridad, uso de barbijo y aislamiento social. En cuanto a los comercios de la zona, las exigencias son similares, un extremo cuidado al atender a una persona foránea, el uso del trapo con lavandina, no más de una persona en el interior del negocio, uso de barbijo y en lo posible no tocar el dinero además de un cajero protegido con un plástico, algo que lamentablemente no se ve reflejado en todas las casas comerciales que reciben este tipo de clientes.

«Un camionero tiene todo el derecho de ser atendido, no debe quedar desamparado, pero tiene la obligación de proteger a los demás, usando los elementos de seguridad exigibles», destacaron desde el COE.

Sensación de seguridad

“Los últimos acontecimientos, con respecto a los protocolos activados y casos confirmados, involucran a camioneros, es decir que lamentablemente se confirmaron los peores temores originales”, dijerin y agregaron: “Hoy, Güemes no cuenta con circulación viral y eso genera una falsa seguridad en la población. Sin embargo, debemos tomar conciencia de que la enfermedad va a llegar y si de algo estamos seguros es de que lo hará circulando por la ruta nacional 34”.
Otra situación de inquietud similar se vive al sur de la provincia, en Metán donde la importante ruta atraviesa de extremo a extremo y parte en dos a la ciudad. Pese a los controles, allí están pidiendo extremar las medidas y prohibir el ingreso de repatriados de las zonas de contagios hasta tanto no se garanticen las medidas preventivas para alojarlos.

Adrián Quiroga/El Tribuno

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