Casi 40 curas villeros reclaman «unidades de traslado» para paliar los «retrasos de las ambulancias»

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Treinta y ocho curas villeros de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano reclamaron hoy la dotación de «unidades de traslado» en barriadas con organización suficiente para autogestionarlas, con el objetivo de «complementar» al SAME y paliar los «retrasos escandalosos de ambulancias», como el que derivó, denunciaron, en la muerte de Ramona Collantes a fines de mayo.

«La imperiosa necesidad de la ambulancia en las villas y barrios populares» lleva por título la declaración que hoy leyeron siete de esos sacerdotes encabezados por el obispo auxiliar de Buenos Aires Gustavo Carrara, a través de una videoconferencia transmitida en vivo por redes sociales desde la Casa Masantonio para usuarios de paco con enfermedades complejas que El Hogar de Cristo tiene en el barrio de Barracas.

«Desde hace décadas, en las villas del llamado ‘AMBA’ es insuficiente, hasta deficiente, el servicio de emergencias médicas», dice el escrito que leyeron por partes los sacerdotes Lorenzo «Toto» De Vedia , José María «Pepe» Di Paola, Juan Isasmendi, Nicolás Angelotti, Adrián Benardis, Carlos Olivero y Gastón Colombres.

«Hubo causas judiciales pero sigue sucediendo que muchas veces la ambulancia llega más tarde de lo estipulado y ha pasado numerosas veces que la persona falleció antes de que llegara la emergencia médica», prosiguieron.

Antes de la lectura del documento, De Vedia recordó el caso de Ramona Collantes, una mujer de 54 años que falleció de coronavirus el pasado 30 de mayo en su casa de la villa 21 mientras esperaba la ambulancia del SAME, que «tardó dos horas en llegar».

«¡Cuántas muertes se habrían evitado si la ambulancia hubiera llegado a tiempo! Demasiados vecinos de barrios pobres fallecieron desangrados mientras la ambulancia no llegaba», prosigue el texto.

«No consideramos que sea excusa la imposibilidad de llegar a los pasillos. Siempre hay un punto al que el móvil puede llegar y entre los vecinos y las fuerzas de seguridad acompañar al personal de salud hasta el domicilio o lugar donde se encuentra el damnificado», dijeron.

En diálogo con Télam, De Vedia aseguró que «la dificultad de los pasillos es la misma que una familia que vive en el sexto piso de un edificio», y que «se puede subsanar fácilmente» con voluntad y la colaboración barrial.

La declaración advierte que en particular «durante este tiempo de pandemia y cuarentena» se puso en evidencia la persistencia de «retrasos escandalosos de ambulancias» con «resultados nefastos», aunque se trata de un problema que viene «desde hace tiempo».

Los sacerdotes aseguraron estar «dispuestos a colaborar» para la necesaria corrección de «estos errores» de la gestión de las emergencias en las villas y barrios populares.

Y en este sentido destacaron las «experiencias de unidades de traslado barriales», que funcionan como un «complemento» del servicio de emergencias médicas y suponen que «la comunidad se organice para el bien del barrio».

Concretamente, la propuesta es que «en aquellas villas o barrios populares que muestran capacidad de organización para esto, el Estado proporcione una unidad de traslado» cuyo funcionamiento podría ser coordinado por «algunas de nuestras parroquias y capillas u otras organizaciones» barriales.

«Esto podría favorecer la aceleración de ciertos traslados de personas con afecciones menores, mientras que las más complicadas (por ejemplo, un herido con lesiones severas) quedarían exclusivamente para el servicio de emergencia médica del Estado», aclararon.

De Vedia explicó que estas unidades serían ambulancias con mínimo equipamiento y sin necesidad de un profesional médico «para trasladar a una persona que se sienta mal, a un hospital cercano».

«La comunidad se organizaría para determinar cuándo se aplica y aportaría una persona para la conducción pero además algunos barrios pueden tener más despliegue que en otros y pueden llegar a aportar el médico», agregó el padre Toto.

El cura aclaró que es sólo «una propuesta disparadora» que requiere «ser desarrollada».

Los sacerdotes concluyeron explicitando su disposición a «conversar en mesa de trabajo los detalles de esta propuesta» que requiere una organización adaptada a las «características» de cada barrio».

«Queremos ayudar para que mejore la presencia del Estado en nuestros barrios, articulando con la organización de la comunidad», concluyeron.

Fuente: telam

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