El Gobierno quintuplicó la ayuda social, pero no logró frenar el aumento de la pobreza

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A pesar de los esfuerzos del Gobierno por reforzar el presupuesto social para atender a los sectores vulnerables, los índices de pobreza aumentaron en la Argentina y no hubo fondos que aguanten tanto descalabro económico social que generó la pandemia: el Ministerio de Desarrollo Social quintuplicó en lo que va del año el giro de partidas sociales respecto a todo el año pasado aunque esta estrategia no logró poner un freno a la indigencia y pobreza en aumento.

Esta tarde el INDEC dará a conocer el nuevo índice de pobreza en la Argentina del primer semestre del 2020 y los cálculos más conservadores sostienen que la pobreza estará en el orden del 40%, es decir, casi cinco puntos más que el 35,4% que reveló el primer semestre del año pasado. Hay consultoras privadas que mencionan un nivel de pobreza del 45% en la Argentina.

Todo esto indica que la pandemia arrasó con una buena porción de la clase media baja de la Argentina que en los últimos meses cayó en la pobreza. Pero el otro indicador sustancial es que la inyección de fondos específicamente para atender a los sectores postergados no alcanzó para frenar la crisis social más allá de que se trata de un año particular e inusual para la situación socio económica del país y el mundo.

El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, reveló a Infobae que al 31 de agosto entre las partidas para atender exclusivamente los planes alimentarios y los programas para la primera infancia o los planes de empleo se ejecutaron 150.000 millones de pesos. Es decir, cinco veces más que los $28.000 millones que destinó el Estado para programas alimentarios en todo el 2019.

La pobreza estará cerca del 40% (Maximiliano Luna)La pobreza estará cerca del 40% (Maximiliano Luna)

“La pandemia agudizó la pobreza estructural en relación a la falta de alimentación y problemas de vivienda. Pero también generó nuevos pobres que se deberán apuntalar con programas de trabajo en lo inmediato”, dijo Arroyo.

En rigor, la película completa del incremento de pobreza no se conocerá hoy en toda su dimensión. Es que aún resta saber qué impacto tuvo la crisis de COVID-19 en todo el año. Pero el Gobierno ya decidió ampliar la partida presupuestaria de fondos sociales hasta diciembre.

Al 31 de agosto se inyectaron $80.000 millones para atender sólo los programas alimentarios concentrados en la Tarjeta Alimentar y los comedores escolares. A esto hay que agregarle $70.000 millones de programas de asistencia a la primera infancia y los planes de empleo. Esto hace los $150.000 millones que se llevan gastados hasta ahora y que se contraponen con el presupuesto social global de $28.000 millones de todo el año pasado.

A todo esto habrá que agregarle la ampliación presupuestaria que definió el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, para lo que resta del año en términos de fondos para asistencia social que sumarán al final del año $230.000 millones. Es decir, que en el 2020 se habrá invertido ocho veces más de fondos sociales que todo el año 2019.

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Los fondos de asistencia social que se incrementaron en medio de la pandemia no contabilizan las partidas que además giró el Gobierno para atender a los sectores medios con el IFE o el complemento salarial de los ATP.

En la distribución de fondos sociales que se realizó hasta ahora desde el Ministerio de Desarrollo Social las provincias que más recibieron fueron: Buenos Aires, Ciudad de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Tucumán y Chaco. El giro de partidas estuvo concentrado en las grandes ciudades que se encuentran en esos seis distritos y mucho de este reparto se dio en función de la cantidad de población aunque también en relación a los niveles de contagio de coronavirus.

El Gobierno puso en marcha el Consejo contra el Hambre que empezó a mantener reuniones de coordinación en materia de mejora en la calidad de alimentos y distribución de partidas en relación a la desnutrición infantil. Aunque en el Gobierno admiten que este programa todavía no dará los resultados esperados este año.

Si bien el incremento de la pobreza que dará a conocer el INDEC es un hecho, en el Ministerio de Desarrollo Social no tienen previsto al menos por ahora aumentar los montos de la Tarjeta Alimentar que ya alcanzó a 1.500.000 de titulares y llega a 2.880.000 niños y niñas de 0 a 6 años de edad, embarazadas y discapacitados que reciben la AUH. Esto implica una inversión mensual de unos $7.700 millones.

Daniel Arroyo (EFE)Daniel Arroyo (EFE)

A los $230.000 millones que al final de este año el Ministerio de Desarrollo Social habrá destinado para paliar la pobreza hay que agregarle el fondo de $8.500 millones que sumó la cartera de Arroyo esta semana con el traspaso del programa de Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap) que estaba en la órbita de la ministra de Vivienda, María Eugenia Bielsa.

Este programa que Arroyo deberá suministrar de manera equilibrada en el reparto de poder de los intendentes y movimientos sociales está destinado a mejorar las viviendas en 4.400 villas de todo el país tendrá un incremento de fondos cuando se apruebe en el Congreso la ley de impuesto a las grandes fortunas. Es que en el proyecto del oficialismo está contemplado que el 15% de la recaudación de ese impuesto extraordinario se destinará al Renabap, lo que implicará una inyección de fondos de unos $30.000 millones.

Más allá del aumento de la pobreza que se cristalizará hoy con los nuevos datos del INDEC, en el Gobierno están convencidos de que una vez que se salga de la pandemia habrá una mejora en la economía y aseguran que para el año que viene la ayuda social estará enfocada sustancialmente en los programas de trabajo para ofrecer unos 300.000 empleos y sacar de la crisis a miles de pobres que cayeron en una grave situación económica en los últimos meses.

Martín Di Nataale/Infobae

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